Cuando el fútbol se practica entre árboles y con pelotas de trapo

  • Que el fútbol es universal es una auténtica realidad, pero esta afirmación es casi equiparable a que las condiciones para desarrollar este deporte difieren mucho del lugar donde se practique. Y si se habla de los países menos desarrollados..., allí todo es posible.

Rafael Peña

Ceuta, 19 mar.- Que el fútbol es universal es una auténtica realidad, pero esta afirmación es casi equiparable a que las condiciones para desarrollar este deporte difieren mucho del lugar donde se practique. Y si se habla de los países menos desarrollados..., allí todo es posible.

Jugar descalzos en campos de piedras y rodeados de árboles, no tener ropa deportiva y practicar el fútbol con una pelota de trapo realizada con calcetines es una estampa que todavía hoy pervive en muchos países del África Subsahariana.

El testimonio de inmigrantes que han logrado entrar irregularmente en Ceuta a bordo de embarcaciones, a nado o saltando la valla da vida a esta afirmación.

Procedentes de países como Mali, Guinea Bissau o la República de Guinea, estos jóvenes africanos -con edades comprendidas entre los 20 y los 25 años- han puesto en marcha un proyecto para que se conozcan las verdaderas dificultades en sus países de origen para poder jugar al fútbol.

"Un deporte, dos horizontes" es el nombre de la iniciativa creada por el Departamento de Ocio y Deportes de la Cruz Roja Española en la ciudad y nacida en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta, para que los jóvenes conozcan en primera persona las realidades de estos subsaharianos para practicar el deporte rey.

Dialo Makarthy, un joven de 20 años de la República de Guinea, es un ejemplo. Lleva seis meses en Ceuta, adonde entró en una balsa junto a otros doce compatriotas, y en un buen castellano expresa sus vivencias.

"Aquí (en relación a España) son afortunados. Jugar descalzos en campos de piedras, no tener ropa deportiva y practicar el fútbol con una pelota de trapo. Debéis valorar lo que tenéis, ya que contáis con botas, buenas instalaciones, material, grandes entrenadores...", ha transmitido a los jugadores ceutíes.

Dialo no disimula ante Efe las grandes diferencias que, en su opinión, existen. "Nosotros nos fabricamos nuestros balones para jugar con trapos o plásticos de bolsas, porque allí no tenemos nada, e incluso te tienes que escapar para jugar porque los menores trabajan mucho en mi país, al contrario de lo que sucede aquí", ha declarado.

El proyecto se ha puesto en marcha con doce inmigrantes de distintas nacionalidades compartiendo el terreno de juego con los integrantes de la selección sub-16 de Ceuta. Una breve charla antes del entrenamiento y un calentamiento con pelotas de trapos han servido para que los jóvenes conozcan las diferencias.

La jornada de convivencia se ha completado con un partido y un intercambio de opiniones y de preguntas entre jugadores locales e inmigrantes. "Tiene que ser duro jugar allí", ha manifestado uno de los jóvenes valores de la cantera ceutí.

El responsable del proyecto en la Cruz Roja, Abel Fernández, ha dicho a Efe que "ha sido un día muy especial para estos doce inmigrantes porque se han vestido de corto y por un momento han olvidado los graves problemas que sufren en sus países de origen".

Además, ha añadido, "este intercambio fomenta la integración, y ellos se olvidan de la cruda realidad que viven".

El director de la Escuela de Fútbol de la Federación de Ceuta, Daniel Martínez, ha manifestado a Efe su satisfacción por este proyecto: "es una experiencia espectacular y a buen seguro que repetiremos con otras categorías", ha subrayado.

Durante algo más de una hora doce inmigrantes han olvidado su realidad para sentirse jugadores de fútbol y, con la magia de este deporte, olvidar su dramática situación. Al menos hoy, el balón no era de trapo y el campo no tenía árboles ....

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