Cuba vivió su mejor Mundial de atletismo en una década

  • Cuba llegaba al Mundial de atletismo de Pekín-2015, que se cerró este domingo, con muy buenas perspectivas y pudo terminar con dos oros y una plata, rompiendo seis años de sequía sin títulos mundiales y consiguiendo la mejor actuación del país en este evento desde Helsinki-2005.

La misión cubana, eso sí, quedó a medias, ya que llegaba con tres atletas liderando el ránking anual de sus pruebas y era favorito por lo tanto para tres oros, pero Pedro Pablo Pichardo falló en uno de ellos, el triple salto, al toparse con un inmenso Christian Taylor y quedar con una plata con sabor muy amargo.

Denia Caballero en el lanzamiento de disco y Yarisley Silva en el salto con garrocha sí que se confirmaron como las mejores del momento en sus pruebas e hicieron sonar el himno cubano en el estadio 'Nido de Pájaro' de la capital china.

De esta forma, Cuba, que había terminado sin oros en los Mundiales de Daegu-2011 y Moscú-2013, volvía a reencontrarse con un título en esta competición, el primero desde el logrado en 2009 por la ya retirada Yargelis Savigne en el triple salto.

La mejoría cubana es evidente: hace dos años en Moscú la cosecha también fue de tres medallas, una plata igual que ahora para Pichardo y entonces dos bronces (Yarelis Barrios en disco y Yarisley Silva en garrocha), que ahora se convirtieron en dos oros.

Cuba recuperó su primer puesto en el medallero entre los países latinoamericanos, que había cedido en 2011 a Brasil y en 2013 a Colombia, y lanzó un aviso sobre la salida de la crisis en la que llevaba mucho tiempo sumida, justo ahora que se atisba ya en el horizonte la cita de los Juegos Olímpicos de Rio-2016.

Diez años hacía que Cuba no conseguía más de un título en el Mundial de atletismo.

Fue en Helsinki-2005, donde se coronaron Zulia Calatayud en 800 metros, Osleydis Menéndez en lanzamiento de jabalina y Yipsi Moreno en lanzamiento de martillo. Desde entonces, en Osaka-2007 y Berlín-2009 sólo pudo lograr un oro, en ambos casos con Yargelis Savigne en el triple salto, antes de quedarse sin campeones mundiales en Daegu-2011 y Moscú-2013.

Lejos quedan los años gloriosos de mediados de los noventa, cuando Cuba disfrutó en Atenas-1997 de su mejor Mundial de atletismo, el único en el que ha conseguido cuatro títulos, con Javier Sotomayor en salto de altura, Iván Pedroso en salto de longitud, Ana Fidelia Quirot en 800 metros y Yoelbi Quesada en el triple salto.

La encargada de abrir la cuenta cubana en Pekín fue la campeona panamericana Denia Caballero, que se impuso en el disco con 69,28 metros, en una final donde su compatriota Yaimé Pérez fue cuarta y vio escaparse el bronce en el último instante.

"Sé que es el primer oro cubano desde hace mucho tiempo y eso es más que un orgullo", dijo Caballero.

Un día más tarde era el turno del salto con garrocha y Yarisley Silva, que ya fue campeona del mundo bajo techo el año pasado en Sopot-2014, se impuso al ser la única en saltar 4,90 metros.

"Me siento fantásticamente bien. Ha sido un año duro en el que he superado todas las barreras psicológicas. He cumplido mi sueño de dar esta medalla a Cuba", festejó Silva, que ya fue plata olímpica en Londres-2012 y bronce mundial en Moscú-2013.

Todo iba a la perfección para Cuba con su trío de favoritos al oro, pero el estadounidense Christian Taylor, con la segunda mejor marca de la historia (18,21 metros), voló al título en el triple salto y dejó con la plata, igual que en 2013, a su gran rival, Pedro Pablo Pichardo.

"Él estuvo muy bien. Era el dia de él, lo hizo muy bien y, claro, lógicamente salió lo que salió. Yo estuve muy mal", declaró Pichardo, descontento con 17,73 metros, sensiblemente por detrás de su mejor marca personal y de la temporada (18,08 metros).

Otra decepción cubana en Pekín fue Rose Mary Almanza en los 800 metros, donde llegaba como una de las mejores de la temporada, pero se quedó incluso fuera de la final.

dr/jt

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