Dan Carter, héroe por una última vez

  • El apertura Dan Carter firmó su 112º y último partido con los All Blacks y lo hizo en una jornada inolvidable, aportando 19 puntos para que Nueva Zelanda revalidara su reinado y consiguiera el tercer Mundial de rugby de su historia, el segundo de manera consecutiva.

"Me siento agradecido y afortunado por estar aquí después de lo que me pasó hace cuatro años. Estoy muy orgulloso de este equipo. Ganar dos Mundiales seguidos en un sueño hecho realidad. Tratamos de hacer cosas que nadie hizo antes. Es una sensación especial formar parte de este equipo", declaró Carter tras la victoria.

En 2011 se lesionó durante la primera fase y ya no pudo vivir en el campo la parte final y decisiva del Mundial.

A sus 33 años, Carter había rechazado hablar de su último partido como 'all black' a lo largo de la semana.

"Esta final no trata de mí o de los que jueguen allí su último partido", resumió el viernes en la víspera del duelo decisivo, ganado a Australia por 34-17.

Pero lo cierto es que gran parte de las miradas se dirigieron hacia él, un jugador emblemático y que después de cerrar la página de la selección empezará una etapa en el Racing 92 del campeonato francés, donde se embolsará un millón de europs por temporada.

Como la pasada semana en semifinales, Carter tuvo un papel muy importante. Contra los Springboks en semifinales (20-18) asumió la responsabilidad en el inicio de la segunda parte para lograr un drop determinante, que permitió a los All Blacks pisar los talones a los sudafricanos y empezar a sentar las bases del triunfo.

Una semana más tarde, mismo lugar y una situación parecida. Australia, que llegó a ir perdiendo 21-3 a principios de la segunda parte, se acercó en el 64 a 21-17, aprovechando la expulsión temporal de Ben Smith para lograr dos tries.

Pero en caso de problema, Dan Carter está ahí, como estratega y como goleador: una mirada furtiva, el balón ovalado, los palos australianos y un drop para volver a dar tranquilidad a Nueva Zelanda, que voló desde entonces a la victoria.

Después tuvo un penal para seguir sumando puntos, con una tranquilidad asombrosa.

Posó el balón a 49 metros de los palos. Silencio en el templo de Twickenham. Su intento parece frenado por el aire, casi en suspensión, pero misión cumplida finalmente.

Con una conversión en el último minuto, Carter cerró su cuenta anotadora en los All Blacks y dejó en 1.598 el récord de puntos de un jugador en partidos internacionales.

"Estoy muy orgulloso del equipo", aseguró en los instantes posterior al final del partido ante los Wallabies.

Una revancha perfecta para el 'Boy de Christchurch', gran ausente de la final de 2011, tras su lesión durante la fase de grupos en un entrenamiento.

En los dos anteriores Mundiales vivió con amargura las eliminaciones prematuras de su equipo, en semifinales en 2003 y en cuartos de final en 2007.

Su último cuarto de hora de antología borra cualquier decepción o frustración. También los interrogantes sobre su estado de forma.

La prensa neozelandesa se había llegado a preguntar antes del Mundial por qué Steve Hansen daba tanta confianza a un jugador en la parte final de su carrera. Y Carter respondió como mejor sabe, liderando a los All Blacks a otra victoria para la historia.

pga/jmt/mam/dr

Mostrar comentarios