6.000 euros por daños morales

Diez años de cárcel para un monitor por abusos sexuales a una menor de 13 años

Según se considera como hecho probado en la sentencia, el procesado se valió de la corta edad y la falta de madurez de la menor para conseguir su propósito, sin que conste que para ello empleara la violencia. 

Operación de la Guardia Civil por abuso sexual en Vera Playa
Dan diez años de cárcel a un monitor por abusar sexualmente de una niña. 
GUARDIACIVIL

La Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a diez años de cárcel a un monitor de baloncesto que abusó sexualmente de una niña de 13 años que cursaba estudios en el colegio para el que el procesado trabajaba. Según se recoge en la sentencia de la Sección Sexta de la Audiencia, el encausado, que cuando sucedieron los hechos, en 2018, tenía 20 años, contactó con la chica, que no pertenecía al equipo al que entrenaba, pero que conocía por ser alumna del colegio, a través de la red social Instagram sin ocultar su verdadera identidad.

La convenció para verse a solas en varias ocasiones, entre julio y noviembre de 2018, en las que unas veces le hizo tocamientos y en otras mantuvieron relaciones sexuales completas, en estos casos en el vehículo que el acusado tomaba prestado de su madre. Éste le pidió también a la menor que le enviara fotos de ella desnuda, a lo que aquella no accedió. Según se considera como hecho probado en la sentencia, el procesado se valió de la corta edad y la falta de madurez de la menor para conseguir su propósito, sin que conste que para ello empleara violencia ni intimidación.

El padre de la menor denunció los hechos a la policía, después de que la chica se lo contara a una prima, y ésta, a su madre. En su sentencia, la sala da credibilidad a la declaración en la vista oral de la víctima, concretando los lugares donde se produjeron los encuentros sexuales "sin vacilaciones", y le atribuye la consideración de prueba de cargo. Abunda en que no apreció interés alguno en perjudicar al acusado, pues de hecho declaró en sala que no deseaba denunciarle y que quería mantener la relación que ambos tenían, y que si lo hizo fue porque "le obligaron" sus padres.

Además de la declaración de la víctima, se apoya en la de otras chicas a las que el acusado entrenaba y en el informe psicológico elaborado por los peritos forenses que evaluaron la veracidad de su testimonio para llegar a un pronunciamiento condenatorio. Además de la pena de cárcel, la Audiencia le impone una orden de alejamiento respecto a la víctima de 500 metros por un periodo de doce años, libertad vigilada durante cinco años, e indemnizar a la menor con 6.000 euros por daños morales.

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