La derrota de Argentina ante Croacia pone al borde del abismo a Sampaoli

  • El despido del técnico ya se empieza a barajar pese a que quedan tan sólo cuatro días hasta la 'final' ante Nigeria el próximo martes. 
Sampaoli durante un entrenamiento. /EFE
Sampaoli durante un entrenamiento. /EFE

Argentina camina sobre el alambre tras caer ante Croacia, al borde de una caída al precipicio desde hace años, ni siquiera pese a haber llegado a las tres últimas finales en los tres últimos torneos internacionales. Finalista en el Mundial de Brasil, caída en la prórroga ante la imperial Alemania que humilló a Brasil en su casa, y finalista de forma consecutiva ante Chile por dos veces en la Copa América, con derrota en 2015 y 2017 en los penaltis, vive en una zozobra permanente. Se contrató a Sampaoli para que dotara de estabilidad a Argentina y ha terminado por actuar con la misma indefinición de sus antecesores.

Ahora, incluso, su puesto está en entredicho a la espera de la finalísima ante Nigeria el próximo martes (20:00 h. , Estadio Kretovski). De producirse finalmente el cese de Sampaoli, según los rumores que circulan alrededor de la albiceleste, quien se sentaría en el banquillo sería probablemente Jorge Burruchaga, mánager de la selección argentina, y campeón del mundo en 1986 con la albiceleste. Se daría una situación similar a la vivida en España, con el cese de Lopetegui y la llegada al banquillo de Hierro, aunque la situación es mucho más dramática. Argentina ya no depende de sí misma.

Nadie atiende a comprender a Messi en su selección, el mejor jugador argentino desde Maradona, posiblemente mejor incluso que el Pelusa. Leo no levanta cabeza y ahora el combinado dirigido por Sampaoli depende de la suerte del resto de rivales. No hay calma en una selección que se ha acostumbrado a vivir cada partido como si fuera el último, incapaz de vislumbrar un proyecto que dote de estabilidad al combinado nacional. De esta manera, se impone dar vueltas y más vueltas a una alineación que logré activar a Messi, clavo ardiendo al que se sigue agarrando el país, por más que la opinión pública le pida un milagro permanente al '10' argentino. La histeria es insoportable.

Desde 1958, el combinado albiceleste no recibía un golpe tan duro en una fase final de un Mundial. Entonces, Checoslovaquia le endosó un sonrojante 6-1 en la fase de grupos. Ya en el siglo XXI, hay que remontarse a los cuartos de final de 2010 en Sudáfrica para ver goleada a Argentina. Entonces fue Alemania la que dejó herida de muerte a la albiceleste entrenada por Diego Armando Maradona (4-0). “No hay nada para decir. El resultado lo dice todo. No es momento de analizar nada, hay que tragar el veneno”, declaró Mascherano. “El proyecto no prosperó y así es muy difícil que destaquen los jugadores en el plano individual”, analizó Jorge Sampaoli. “El proyecto de partido no prosperó”,matizó.

“Sampaoli dijo los jugadores no entendieron el proyecto”, le preguntaron al Kun Agüero en la zona mixta. “Sampaoli puede decir lo que quiera”, respondió el delantero del City, sustituido por Gonzalo Higuaín con Argentina ya por detrás en el marcador. Una respuesta que evidencia la desconexión con el entrenador. Según algunas informaciones, los jugadores se habrían plantado para provocar el despido del técnico.

Tras una trayectoria sobresaliente en Chile y el Sevilla, su currículum adivinaba cierto equilibrio en una selección que sigue pensando que el problema es nominal y no estructural. Ni tres finales consecutivas en sendos torneos internacionales han logrado aportar sosiego en un país tan entregado a la pelota como Argentina. Una vez más, y no es la primera, se encuentra al borde del abismo. Veremos si vuelve a evitar caer al vacío, con o sin Sampaoli.

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