Dirk Nowitzki: Un alemán en el reino de los hombres más altos del mundo

  • La NBA, la mejor liga de baloncesto del mundo, ha cerrado su gran final, el momento más esperado del año. Sin esperarlo, de improviso, en un coto que parecía privado para las superestrellas de Miami, Dirk Nowitzki, un alemán que llegó desde la segunda división de su país, está acaparando todos los focos.
Aitor Amorós

Todos los pronósticos apuntaban a que el protagonista de la Final de la NBA estaría en las filas de los Heat, y en concreto se barajaban un par de opciones: o LeBron James o Wade, dos de los mejores jugadores no sólo de la actualidad, sino de todos los tiempos. Pero, después de haberse disputado la final, es Dirk Nowitzki quien ha conquistado el MVP y el anillo.

Nada en la carrera del ala-pívot de los 'Mavs' sería igual si no hubiera tenido la valentía de dejar su modesto equipo de la segunda categoría del baloncesto germano y dar el salto de jugar en la NBA. Era 1998, Nowitzki tenía sólo veinte años y escaso bagaje internacional, y esta decisión podría parecer una locura,… pero llegar como la novena elección del draft, con Celtics y Dallas peleándose por él, es una señal de que a esa melena rubia se le veía condiciones para triunfar.

Dirk Nowitzki (19 de junio de 1978, Wurzburgo, Alemania Occidental) mamó en su ambiente familiar el deporte. Con una madre y una hermana jugadoras de baloncesto, y un padre profesional en el balonmano, convivió con la competición desde pequeño… aunque lo que nunca fue es precisamente pequeño. Con un físico muy desarrollado para su edad, Dirk terminó en una cancha de baloncesto como era de esperar, tras probar el balonmano influenciado por su progenitor.

De un modesto club alemán a la NBA

Sus primeros pasos a nivel profesional los dio en el DJK Würzburg, el único club de Alemania en el que ha jugado, y al que llegó con 16 años en 1994. Durante cuatro temporadas se curtió en la categoría de plata, peleando por el ascenso. Baloncesto modesto en un país que no es precisamente un enamorado del deporte de la canasta, pero en el que Nowiztki logró llamar la atención lo suficiente para que clubes grandes de Europa, como el Barcelona, intentaran ficharle.

Los ojeadores de la NBA también estaban al tanto de un joven talento germano que destacaba por su gran capacidad de tiro. La constatación definitiva de que Nowitzki tenía un hueco entre los mejores del mundo llegó en dos torneos organizados por la empresa NIKE, en los que se midió a otras grandes promesas europeas y norteamericanas. Sus buenas actuaciones allanaron su camino hasta la NBA. Boston Celtics, que veía en él al sucesor de Larry Bird, y Dallas Mavericks eran los equipos que más fuertes apostaban por él, pero Milwaukee Bucks se adelantó a ambos y le 'drafteó' en la novena posición. Los tejanos no dieron la batalla por perdida, y llegaron a un acuerdo a tres bandas para que terminara encabezando con su nuevo proyecto con Steve Nash.

Una carrera en EE.UU. repleta de éxitos... individuales

Trece temporadas ha disputado ya en la NBA, y sus registros, sus portentosas actuaciones, su regularidad, y su fantástico tiro en suspensión, han hecho que para muchos sea el mejor jugador europeo de la historia. Méritos ha hecho para lograrlo: ha jugado 993 encuentros de temporada regular, con una media de 23 puntos por partido, mientras que en playoff ha sumado 123 presencias, elevando sus puntos hasta los 26.

A nivel individual pocos logros le quedan por conseguir: ganador del concurso del Triples, All-Star en diez ocasiones, incluido en el mejor quinteto de la NBA cuatro veces, elegido el Mejor jugador de la Liga (MVP, el primer europeo en lograrlo) en 2007,… Pero en el palmarés de Dirk Nowitzki falta un 'anillo', un título de campeón.

Este ha sido su año. Inesperados contendientes en la Final, tras dejar por el camino a los Blazers de Rudy Fernández en primera ronda, dar la sorpresa al barrer a los Lakers de Gasol y Bryant, y proclamarse campeones de conferencia ante los Thunders de Ibaka y Durant, han conquistado el campeonato frente a Miami. Y Dirk lo ha puesto todo para que así sea, jugando con fiebre, asumiendo la responsabilidad en los minutos finales, plantando cara desde el talento a un equipo tan atlético como son Miami Heat… su duelo con Wade ha sido de los que se recordarán dentro de unos años. Y Nowitzki lo recordará con un anillo de campeón en su mano.

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