Divock Origi, de 19 años, es el gran comodín de Bélgica

  • Divock Origi, el benjamín de Bélgica, con 19 años, se ha transformado en el gran comodín de los Diablos Rojos, clasificados como primeros del Grupo H y futuros rivales de Estados Unidos en octavos de final.

Pablo Giuliano

Sao Paulo, 26 jun.- Divock Origi, el benjamín de Bélgica, con 19 años, se ha transformado en el gran comodín de los Diablos Rojos, clasificados como primeros del Grupo H y futuros rivales de Estados Unidos en octavos de final.

Hijo de Mike Origi, un keniano que jugó en la selección de su país y emigró a Bélgica, el adolescente que juega en el Lille francés ingresó a los 60 minutos en reemplazo del otro mejor jugador de los belgas ante Corea, Dries Mertens, de Napoli. Y fue clave para un equipo que jugaba con uno menos por expulsión de Steven Defour.

Su movilidad y regates engañaron a los zagueros coreanos y lo dejaron a tiro para un remate peligroso que dio rebote el portero Kim y que cambió por gol Jan Vertonghen.

El gol de Bélgica, que presenta una generación de la que se espera sea una animadora y revelación del Mundial de Brasil, fue una inyección de espíritu al último partido del Grupo H.

El entrenador Marc Wilmots sigue acertando en los cambios que realiza en los segundos tiempos, que le sirvieron para vencer 2 a 1 a Argelia y 1 a O con gol agónico de Origi a Rusia.

Con Heden Hazard, su gran estratega y figura, que juega en Chelsea, en el banco de suplentes hasta su ingreso cuando el partido sucumbía, Bélgica mostró un limitado comportamiento frente a un inexpresivo equipo coreano.

Sobresalieron al mediocre encuentro, además de Origi, Drie Mertens, el más pequeño del partido con 1,64 metro, y Marouane Fellaini, la torre de 1,94 con peinado afro.

Hasta el gol, había dominado la acción en el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo la ola que los aficionados realizan cuando en el campo de juego no ocurre nada.

Otra atracción tuvo sabor local: la diversión de los hinchas brasileños que cantaban por Corinthians, los dueños de casa, al grito de ""Timao, Timao"". Y otros brasileños de Sao Paulo, Palmeiras y Santos que los rechazaban.

La lesión del atacante Christian Benteke le abrió las puertas al Mundial al benjamín Origi.

Y así como contra Rusia, se transformó nuevamente en un precoz héroe que está moldeando el entrenador Marc Wilmots. El héroe del banco.

Mostrar comentarios