Djokovic prolongó su tiranía y Nadal de nuevo fue su víctima

  • Nueva York.- Novak Djokovic prolongó en Nueva York la dictadura tenística que ha impuesto esta temporada, al ganar el Abierto de Estados Unidos, su tercer Grand Slam de la temporada, y aumentar su espectacular bagaje de este año a 64 victorias por tan solo 2 derrotas.

Djokovic prolongó su tiranía y Nadal de nuevo fue su víctima
Djokovic prolongó su tiranía y Nadal de nuevo fue su víctima

Nueva York.- Novak Djokovic prolongó en Nueva York la dictadura tenística que ha impuesto esta temporada, al ganar el Abierto de Estados Unidos, su tercer Grand Slam de la temporada, y aumentar su espectacular bagaje de este año a 64 victorias por tan solo 2 derrotas.

Tras las cinco finales que Rafael Nadal había perdido este año ante el serbio, se esperaba con expectación una posible reacción del español. Mejoró, pero no lo suficiente. Djokovic supo imponer su ritmo al partido y fue él que marcó la pauta, incluso en el set que perdió.

El tenista de Belgrado señaló tras el torneo que "nadie es invencible" pero su récord quedará para la historia y en Nueva York dejó en la cuneta a los dos mejores. Contra Federer salvó dos bolas de partido. Cuando un jugador está en estado de gracia, poco se puede hacer.

Nadal, pese a la derrota en la final, hizo un buen torneo. Nunca es fácil llegar a la final de un Grand Slam. Recuperó las sensaciones y la confianza perdidas en Montreal y Cincinnati y llenó la botella de optimismo de cara a futuras empresas.

"Tengo claro cual es mi objetivo: ser mejor". Así de contundente se mostró el español, quien sabe que es prácticamente imposible que Djokovic repita una temporada como la actual, pero también es consciente de que debe mejorar aún más en ciertos aspectos de su juego.

En el cuadro femenino, el torneo supuso la sorprendente coronación de la australiana Samantha Stosur, que conquistó su primer título individual de Grand Slam al superar a la norteamericana Serena Williams, la gran favorita.

Stosur, que jugó una final perfecta y que se deshizo en semifinales de la otra gran revelación del torneo, la alemana Angelique Kerber, que empezó el torneo como la 97 del mundo, también consiguió hacer historia en Nueva York al batir dos récords.

En tercera ronda jugó el partido más largo en la historia del torneo, ante Nadia Petrova, tras 3 horas y 16 minutos, y en la cuarta ronda disputó la muerte súbita más larga en la historia de los Grand Slams femeninos al ganar por un parcial de 17-15 a Maria Kirilenko.

Esta edición supuso una nueva desilusión para la número uno mundial Caroline Wozniacki, quien acabará una nueva temporada sin poder inscribir su nombre como ganadora de un Grand Slam.

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