San Sebastián, 2 oct.- El Gipuzkoa Basket vuelve a contar una temporada más, la décima, con David Doblas, una de sus estrellas la pasada temporada y el pívot nacional con mejores números.
La excelente campaña realizada por el cántabro parecía augurar un cambio de aires, pero Doblas ha sido fiel a sus principios y leal con el club que le permitió con mucha paciencia labrarse el nombre que ahora tiene en el baloncesto profesional.
Para valorar lo que Doblas significa para el modesto club guipuzcoano únicamente hay que acudir a la estadística de la pasada liga regular, en la que jugó los 34 partidos en el quinteto titular con un promedio de casi 12 puntos, excelentes números para un pívot español, y seis rebotes por encuentro.
Un jugador que califica en valoración como el duodécimo entre todos los jugadores ACB, décimo reboteador de la Liga Endesa y el quinto en porcentajes en tiro de dos no puede tener otro calificativo que el de estrella, sobre todo en un equipo remozado y novato en muchas de sus líneas como el de la actual plantilla donostiarra.
El GBC ha hecho un esfuerzo económico para que Doblas sea su jugador referencia y ha construido un equipo en torno a él, buscando poderío exterior para poder romper las defensas que se cerrarán sobre el pívot de Santander.
Su carácter y el respeto que le tiene el público de Illunbe han sido otras de las claves para renovar su contrato, porque ejerce de banderín de enganche no sólo para buscar refuerzos, sino también de cara a mantener e incrementar la masa social que, en el caso del Gipuzkoa Basket, es el auténtico pilar económico ante la ausencia de un patrocinador que aporte nombre al equipo.
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