Cuando el dopaje mancilló el espíritu olímpico

Estos son algunos de los casos de dopaje que han marcado la historia de los Juegos Olímpicos:

- 1960: El ciclista danés Knut Jensen fallece a consecuencia de una caída durante la carrera en ruta en los Juegos de Roma, después de haber consumido una dosis excesiva de estimulantes. Esta muerte, y después la de Tom Simpson durante el Tour de Francia 1967, incitan al COI a dotarse de una comisión médica y a redactar una lista de productos prohibidos.

- 1968: primeros controles antidopaje en los Juegos Olímpicos, en Grenoble y en México. El primer deportista declarado dopado es un pentatleta sueco, Hans Gunnar Liljenvall... por consumo de alcohol.

- 1988: el canadiense Ben Johson causa sensación al imponerse en los 100 metros con un tiempo de 9 segundos 79 centésimas, rebajando el récord del mundo de la estrella estadounidense Carl Lewis. El anuncio de su control positivo por estanozolol (esteroide anabolizante) provoca un gran escándalo, el primero de esa magnitud en la historia de los Juegos Olímpicos.

- 2000: el lanzador de peso estadounidense C.J. Hunter es excluido de los Juegos de Sídney después de dar positivo por nandrolona. Algo que no impedirá a su mujer Marion Jones conquistar cinco medallas, tres de ellas de oro. Pero siete años después, arrinconada por la justicia estadounidense, la velocista de Estados Unidos reconoce haber tomado productos dopantes fabricados a medida por el laboratorio Balco. El COI le retirará todas sus medallas. Marion Jones nunca dio positivo. Pero sus engaños la condujeron la pasar seis meses en prisión en 2008.

- 2002: bajo la dirección de su nuevo presidente, Jacques Rogge, el COI endurece su lucha contra el dopaje. Siete casos positivos son registrados en los Juegos Olímpicos de Salt Lake City, cifra parecida a la registrada en los 80 años anteriores. Tres de ellos son medallistas de oro en esquí de fondo, las rusas Larissa Lazutina y Olga Danilova y el español Johann Mühlegg, que dan positivo por Aranesp, la última eritropoyetina de la época, gracias a la colaboración del grupo farmacéutico que la produce.

- 2004: los Juegos de Atenas son los primeros regidos por el código Mundial Antidopaje. Los velocistas griegos Kenteris y Thanou, que llegan a fingir un accidente de moto para escapar de un control, son excluidos de los Juegos. En total, 26 infracciones contra el dopaje se registran en Atenas, un récord. Sin contar al corredor ciclista Tyler Hamilton que devolvió su medalla de oro en 2011 tras reconocer su dopaje.

- 2006: la colaboración entre las fuerzas del orden italianas y el COI permite destapar las oscuras prácticas de los fondistas y biatletas austríacos en los Juegos de Invierno de Turín. Los 'carabinieri' descubren en su chalet de Pagelato una auténtica sala de transfusión sanguínea.

- 2008/2012: más que los controles positivos de los atletas de segunda fila en los Juegos de Pekín y Londres, los análisis complementarios los contranálisis de ambas citas realizados en los años posteriores dan un nuevo paso. El desarrollo de un sistema de detección de EPO-Cera lleva al COI a verificar todas las muestras sanguíneas de los Juegos 2008. Cinco deportistas son cazados, entre ellos el campeón olímpico del 1.500 m Rashid Ramzi (Bahréin), y el medalla de plata en ciclismo en ruta, el italiano Davide Rebellin.

En 2016, unas semanas antes de los Juegos de Rio, los análisis retroactivas dejan nuevas víctimas: 31 reconocidas dopadas en Pekín y 23 en Londres, entre ellas la campeona olímpica de salto de altura, la rusa Anna Chicherova.

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