El año de la Central Lechera, por Carles Torras

  • No es posible hacer un resumen de la información deportiva que ha generado el año 2011 sin detenerse brevemente en la aparición en escena, el 26 de abril, del concepto de "Central Lechera".
El periodista Carles Torras entró por teléfono en Punto Pelota para explicar lo de la central lechera
El periodista Carles Torras entró por teléfono en Punto Pelota para explicar lo de la central lechera
lainformacion.com
Carles Torras

La mención que hizo Pep Guardiola del término en rueda de prensa fue el punto de partida de un debate sobre los usos y maneras de la prensa deportiva de Madrid y sus relaciones simbióticas con la actual dirección del club blanco. También fue el punto de partida del linchamiento de algunos de mis queridos compañeros de profesión de la capital, más preocupados por taparse las vergüenzas mútuamente que por hacer una mínima autocrítica.

El término "Central Lechera"apareció por primera vez por escrito a mediados de marzo en mi blog en lainformacion.com,  "Vivir en campo contrario". La información partía de datos de primera mano que revelaban la existencia de un pequeño grupo organizado de periodistas deportivos que actuaban a las órdenes de Florentino Pérez. Los datos me llegaron de forma tan directa y de primera mano que no dejaban lugar a dudas sobre su fiabilidad.

Antes, ya hubo un periodista que nos dio pistas sobre cómo funcionaba la política de comunicación del club blanco. Desde las ondas de la cadena Cope, mostró públicamente las cartas al atribuir a "fuentes del Real Madrid" la información sobre el presunto dopaje de jugadores del FCBarcelona. El asunto se zanjó con un escueto desmentido desde el despacho de Florentino Pérez. Pero en conversaciones privadas, este periodista ha insistido en señalar al presidente blanco en persona como la fuente directa de la información. Y ha lamentado que con posterioridad lo dejase, como se dice vulgarmente, "con el culo al aire".

Nos consta que los dos inventores del término "Central Lechera", que trabajan en un conocido periódico de información general de Madrid, quedaron estupefactos al escuchar la expresión en boca de Guardiola, en la famosa rueda de prensa del "puto amo". Los dos periodistas en cuestión mantuvieron un silencio sepulcral para no delatarse. Pero el coro mediático afin al madridismo respondió como un solo hombre para desmentir la existencia de dicho entramado. Todos los profesionales de la información deportiva de la capital se sintieron aludidos y contestaron, como suelen hacer frente a las críticas, de forma corporativista.

Intervine en distintos medios de comunicación de Madrid y de Barcelona para acotar y precisar al máximo el alcance de la trama denunciada. Aunque los sabía perfectamente, no podía dar nombres de periodistas porque este tipo de informaciones son muy difíciles de apoyar con pruebas documentales. Tenía suficientes datos para señalar la existencia de la trama pero insuficientes pruebas materiales para respaldarlo en el caso de una demanda judicial.

En cualquier caso, no se trataba de atacar a toda la prensa deportiva de Madrid, ni de poner en marcha una caza de brujas nominal. Era la denuncia del concepto lo interesante, porque representaba un cambio de estrategia significativo en la política de medios del club blanco. Hasta ese momento, se conocía al grupo de medios de información hechos por y para madridistas con un nombre inventado por Jan Laporta: "la caverna". Desde Madrid se respondía, con toda la razón, que también existe en Barcelona un coro mediático pro-culé. Pero el concepto de "Central Lechera" era nuevo e iba más allá.

La "Central Lechera" es una trama organizada alrededor de un núcleo muy reducido de periodistas que actúan de forma coordinada al dictado de Florentino Pérez para dosificar la aparición de informaciones falsas encaminadas a desestabilizar al Barça. Cuando lo denunciamos en estos términos, muchos periodistas deportivos empezaron a mirarse entre sí. "¿Seré yo?", me preguntó Frédéric Hermel en Punto Pelota, a lo que le respondí que él lo sabría mejor que yo. Aunque no creo que Florentino quiera en su "pool" privado a periodistas como el francés, que ha dilapidado tan alegremente su escasa credibilidad.

Mi intervención en Punto Pelota sirvió, al menos, para tres cosas. La primera, para dar a conocer a más gente el concepto de "Central Lechera". La segunda, para confirmar, a tenor de la reacción de tan ilustres contertulios, que la denuncia había tocado algún resorte doloroso. Y la tercera, para corroborar que la dirección de ese programa no tiene ningún respeto por las normas éticas más básicas de la televisión.

Accedí a participar en Punto Pelota porque me llamó muy amablemente el periodista Quim Domènech y me garantizó que la intervención sería una entrevista de Josep Pedrerol. Yo acepté con la condición de que, al entrar por teléfono, no quería participar en la tertulia, puesto que el sonido telefónico es siempre una desventaja respecto al presencial en plató. Quim me dio su palabra de que así sería.

Pedrerol se saltó de buen comienzo este compromiso, pero además, no contento con su demostración de profesionalidad, esperó a cuando yo ya no estaba en antena para dedicarme el calificativo de "cobarde". Argumentó que debía haber acompañado mi denuncia con nombres y apellidos. Agradecí la lección viniendo de alguien tan valiente que había esperado a que su invitado no estuviese presente para insultarle.

Más tarde, Siro López se inventó que yo soy íntimo amigo de Kety Calatayud, la jefa de comunicación del Barça, a la que tengo aprecio por haber tratado (telefónicamente) durante mi etapa como colaborador de La Vanguardia pero con quien nunca he tenido relación de amistad, ni una simple conversación cara a cara. Con Siro sí tuve relación personal -de amistad, creía yo- durante mi etapa en Telemadrid, pero los avatares lecheros han servido también para enseñarme fehacientemente quien es quien en este mundillo.

Al día siguiente de mi intervención en Punto Pelota, Quim Domènech me dijo por teléfono estar "muy avergonzado" por lo que había sucedido, y me ofreció acudir al plató para poder defenderme. Consciente de que iban a compensarme por los insultos del día anterior con más insultos en jauría, decliné su oferta y le pedí que transmitiera a Pedrerol mi opinión sobre sus métodos. No obtuve respuesta por parte del presentador, con lo cual deduje que está de acuerdo con mis opiniones sobre su forma de actuar.

Por suerte, en muchos otros foros he tenido ocasión de explicarme a placer y de señalar los pasos que efectuaba la central lechera desde la sombra del despacho del alto mandatario blanco. Afortunadamente no es Punto Pelota el único foro deportivo. También me entrevistaron respetuosamente en Radio Marca (no en el programa de Paco García Caridad, donde también me insultaron sin derecho a defensa) y en otras emisoras de la capital. Y Pere Escobar me ofreció las tertulias de su programa El Club de la Mitjanit, en Catalunya Ràdio, para poder debatir de forma constructiva en una tertulia futbolera en la que, oh milagro, se habla de fútbol.

En el momento de hacer balance del año habrá que dejar escrito, en justicia, que 2011 fue el año en el que alguien le puso nombre y apellidos a una práctica comunicativa que, sin ser nueva, sí que bajo Florentino Pérez estaba y está tomando proporciones preocupantes. Sirva mi modesto blog, al menos, para que la impunidad de este grupo no sea total y absoluta. Porque una cosa es informar y otra muy distinta querer desestabilizar al rival deportivo.

En twitter: @carlestorras

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