El argentino Lionel Messi gana su quinto Balón de Oro

  • Sin sorpresas, el argentino Lionel Messi ganó este lunes en Zúrich el Balón de Oro-2015, el quinto premio como mejor jugador del año que recibe el capitán de la Albiceleste, tras sus éxitos en 2009, 2010, 2011 y 2012.

Todas las apuestas daban al delantero del Barcelona como ganador del Balón de Oro-2015, tanto que un jugador tan vanidoso como Cristiano Ronaldo, admitió en la conferencia de prensa previa que Messi era más favorito que él, en un gesto poco habitual de humildad del ganador de este trofeo en 2008, 2013 y 2014.

Messi, que a diferencia de ediciones anteriores, esta vez vistió un sobrio traje negro, se impuso claramente con el 41,33% de los votos emitidos por capitanes y seleccionadores de todos los equipos nacionales, así como por un grupo de periodistas designados por la revista francesa France Football.

Le siguió Cristiano Ronaldo con el 27,76% de los votos, mientras que su compañero en el Barcelona, el brasileño Neymar, se quedó con el 7,86%.

"Es un momento muy especial para mí volver a ganar un Balón de Oro después de dos años viendo como lo ganaba Cristiano", fueron las primeras palabras de Messi al recibir el prestigioso trofeo de manos del presidente interino de la FIFA el camerunés Issa Hayatou.

"Cinco Balones de Oro es mucho más de lo que podía soñar cuando era chiquito", añadió el delantero del Barcelona, antes de finalizar dando las gracias "al fútbol en general por todo lo que viví, tanto lo bueno como lo malo".

Mucho ha cambiado la vida a Messi en los últimos 12 meses, que hace un año a estas alturas no tenía claro su futuro en Barcelona, donde los resultados tampoco ayudaban a mantener la tranquilidad.

"Estamos mejor de esta manera que de la otra, mucho más tranquilos e ilusionados con poder repetir", admitió Messi, que un año después conquistó cinco títulos con elBarcelona y recuperó su mejor nivel de juego.

El delantero, no obstante, recordó que "el futbol cambia rápidamente y tal como sucedió en los últimos 12 meses, todo puede volver a cambiar".

Fruto de esos títulos del Barcelona, su técnico Luis Enrique se impuso como Mejor Entrenador del Año, con el 31% de los votos, por delante de Pep Guardiola (23%) y del argentino Jorge Sampaoli (9,5%), que aprovechó una entrevista en el diario español AS desde Zúrich para confirmar su deseo de abandonar la selección chilena, molesto después de que los dirigentes del fútbol del país andino revelasen las cifras de su millonario contrato.

Luis Enrique, poco amante de este tipo de fiestas, no viajó a Zúrich "por motivos profesionales", dijo el director deportivo del Barcelona Robert Fernández, que recogió el premio en su lugar.

Otro de los triunfadores de la gala fue el brasileño Wendell Lira, el modesto jugador del fútbol regional brasileño cuyo gol de chilena anotado con el Goianesa ante poco más de 300 espectadores le valió para ganar el Premio Puskas al mejor gol de 2015. Con lágrimas en los ojos, ahora espera que este premio le sirva para poder vivir del fútbol.

En categoría femenina, el gran triunfador fue el fútbol estadounidense. Después del triunfoo en el pasado Mundial de Canadá, su seleccionadora Jill Ellis y Carli Lloyd, autora de tres goles en la final mundialista ante Japón (5-2), fueron designadas como Mejor Entrenadora y Mejor Futbolista.

Finalmente en el once ideal (FIFPro World XI), elegido por los más de 26.000 futbolistas profesionales en el mundo, aparecen cuatro jugadores del Barcelona (Messi, Neymar, Iniesta y Dani Alves) y cuatro del Real Madrid (Cristiano Ronaldo, Modric, Sergio Ramos y Marcelo), confirmando el dominio de la Liga española, tanto en títulos como en premios individuales.

La gala estuvo presidida por el camerunés Issa Hayatou, presidente interino de la FIFA tras la sanción a Joseph Blatter por corrupción. Pese a que el organismo está inmerso en una crisis sin precedentes en su historia, el dirigente africano pasó de puntillas por el escándalo.

"2016 es un año importante para la FIFA. Las asociaciones podrán elegir presidente y aprovar una serie de reformas pendientes para, después de unos últimos meses difíciles, concentrarnos en la principal misión de la FIFA, promover el fútbol en todo el mundo", se limitó a decir en su discurso de bienvenida, en el que no citó en ningún momento al proscrito Blatter, anfitrión de esta gala en los últimos años.

mcd/pm

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