El Atlético de Madrid no se rinde nunca y se clasifica para la final de la Liga Europa

  • Logró el tanto de la victoria al filo del descanso por medio de Costa y en la segunda mitad tuvieron ocasiones claras para sentenciar el choque.
Los jugadores del Atlético de Madrid celebran el gol de Diego Costa EFE// Rodrigo Jiménez
Los jugadores del Atlético de Madrid celebran el gol de Diego Costa EFE// Rodrigo Jiménez
Los jugadores del Atlético de Madrid celebran el gol de Diego Costa EFE// Rodrigo Jiménez
Los jugadores del Atlético de Madrid celebran el gol de Diego Costa EFE// Rodrigo Jiménez

El Atlético de Madrid nunca se rinde y lo demostró una vez más ante los suyos al clasificarse para disputar la final de la Liga Europa, tras imponerse al Arsenal por 1-0 en el encuentro de vuelta de las semifinales del torneo que se celebró en el Wanda Metropolitano.

El hispano-brasileño Diego Costa, seguramente en su mejor partido desde su vuelta al Atlético de Madrid, resolvió ante el Arsenal  e impulsó a los suyos hacia la final de la Liga Europa, un hito histórico del club, que puede culminar el curso con un título.

El estadio Metropolitano se encendió con su equipo y vivió este jueves su primera noche mágica. Después de 27 partidos, el flamante recinto madrileño estalló, tal y como había solicitado el 'Cholo' Simeone en la previa, en apoyo de su equipo en un duelo tras el que el Atlético se clasificó a una nueva final europea, la undécima de su historia y la octava con el argentino como técnico.

El combate respondió a lo esperado. Tenso, eléctrico y con un ambiente espectacular, pero con poco fútbol. A cara de perro entre dos equipos ansiosos por un anhelo. El Atlético, rabioso por el sufrimiento a que fue sometido en la ida en Londres, y el Arsenal, necesitado como nunca de un triunfo balsámico que le situara en el envite definitivo del 16 de mayo, en Lyon.

Pareció el Arsenal intimidado por el tremendo escenario del Metropolitano y tras unos primeros minutos de acoso rojiblanco, pero con el paso de los minutos el partido se fue pareciendo al de la ida.

El Atlético, con Simeone fuera del banquillo por su expulsión en el Emirates, y con el clásico 4-4-2, sabía que era el Arsenal el que debía marcar para vislumbrar Lyon. Por eso, decidió esperar, incluso, demasiado.

Porque el Arsenal, otra vez endeble en defensa, se hizo con el centro del campo, parcela en la que Jack Wilshere y el gales Aaron Ramsey, con el suizo Granit Xhaka por detrás, filtraban balones con asiduidad a Mesut Ozil, Danny Welbeck y el francés Alexandre Lacazette, referencia en punta de los londinenses.

Contra mortal

El Atlético, impetuoso y con sobredosis de adrenalina insuflada desde la grada, no quería el esférico. Sólo pretendía la velocidad al contragolpe, con el peligro constante de Diego Costa, la bestia negra del conjunto de Arsene Wenger.

El hispano-brasileño tuvo su ocasión en el minuto 7, en una muestra de a debilidad defensiva del rival. Costa se fue del francés Laurent Koscienly, lesionado y sustituido por Calum Chambers poco después, con gran facilidad, pero su disparo se marchó fuera.

El Arsenal sufría cuando no tenía el cuero y generaba mucho peligro cuando lo poseía. Y lo tuvo mucho en el primer acto, en el que se hizo dueño de la sala de máquinas. El lateral Héctor Bellerín fue un puñal por la banda derecha y el francés Lacazette una amenaza constante para los rojiblancos.

Un disparo de Koke con la zurda desde una esquina de área que salió rozando el poste del colombiano David Ospina y otro posterior de Antoine Griezmann hicieron soñar al Atlético con el tanto, que llegó en el minuto 48. Diego Costa, dentro del área, aprovechó una perfecta asistencia de Griezmann para hacer el 1-0 y provocar la explosión de la grada. Un gol que resolvía una primera parte mala, pero vibrante.

El gol de Costa reafirmó al Atlético, que había sacado oro de su rácano juego en el primer tiempo, en su táctica. No querían los locales arriesgar y volvieron al alambre, y era consciente el Arsenal de que debía dejarse todo por el tanto.

Otra vez el fútbol rápido de los rojiblancos chocaba con el toque de los londinenses. Un toque insulso e inquietante que obligó a Jan Oblak a lucirse. Antes Aaaron Ramsey había perdonado lo que parecía el empate a uno.

El partido se descosió con el paso de los minutos y el Atlético encontró sus momentos, siempre con Diego Costa como peligro constante. El punta arrastró a los defensas rivales cuando y como quiso y se marcó un partidazo, posiblemente el mejor desde su regreso.

Costa fue una pesadilla para el Arsenal. Tanto que terminó fundido y solicitó el cambio. En el minuto 83 fue sustituido por Fernando Torres con una ovación clamorosa desde las tribunas. El Metropolitano explotó de nuevo en ese momento.

El Atlético aguantó hasta el final con garra e ímpetu. Hasta que el árbitro señaló el final. Entonces estalló la fiesta porque otra final está en el horizonte y el público lo celebró a lo grande.

Once finales

El triunfo este jueves contra el Arsenal impulsa al Atlético de Madrid a la undécima final de competición continental de su historia, desde la Recopa ganada en 1962 al Fiorentina hasta el duelo del próximo 16 de mayo en Lyon, pasando por las tres de Liga de Campeones perdidas.

La última data del 28 de mayo de 2016 en el estadio de San Siro de Milán, cuando la tanda de penaltis y el Real Madrid, después del 1-1 con el que terminaron los 90 minutos y la prórroga posterior, apartaron al conjunto rojiblanco del título de la 'Champions', como también le ocurrió dos años antes ante ese rival en Lisboa.

Entonces, aún fue más cruel la derrota, porque aquel 24 de mayo de 2014, el Atlético ganaba 0-1, con un gol del uruguayo Diego Godín, al equipo blanco hasta los instantes finales del choque, hasta el minuto 93, cuando un cabezazo de Sergio Ramos niveló el choque y provocó la prórroga, resuelta por 4-1 en contra del equipo entrenado por Diego Simeone, exhausto para el tiempo extra.

La Liga de Campeones o la Copa de Europa es el único trofeo que aún se le resiste en su palmarés. Los tiene todos menos ese, que también se le escapó en los instantes finales en 1974 contra el Bayern Múnich en el estadio Heysel de Bruselas y en la prórroga, en la que se adelantó en el minuto 114 con una falta directa de Luis Aragonés.

Cuando ya rozaba el título aquel 15 de mayo de 1974, un tiro lejano de Hans-Georg Schwarzenbeck en el último suspiro del duelo forzó el desempate (en aquella edición no se decidía el partido por penaltis), que se jugó dos días más tarde en el mismo escenario con un 4-0 en contra, con goles de Uli Hoeness (2) y Gerd Muller (2).

El resto de competiciones europeas sí figuran en el palmarés del Atlético: la Liga Europa, antigua Copa de la UEFA, la ha ganado ya en dos ocasiones, en 2010 y 2012; la Supercopa la ha conquistado también dos veces, en 2010 y 2012; y la desaparecida Recopa la ganó en 1962 en un encuentro de desempate contra el Fiorentina.

Esa fue su primera final europea. Tras el 1-1 del primer choque en Glasgow, el Neckarstadion de Stuttgart, el 5 de septiembre de 1962, coronó al Atlético, dirigido desde el banquillo por José Luis Villalonga y vencedor por 3-0, gracias a los goles de Miguel Jones, José Alberto de Mendonça y Joaquín Peiró.

Sólo un año tardó el Atlético en volver a una final, también en la Recopa. El siguiente curso se enfrentó en el partido decisivo con el Tottenham en la ciudad holandesa de Rotterdam, pero fue derrotado por el bloque inglés por 5-1, con dos tantos de Jimmy Greaves, otros dos de Terry Dyson y uno de John White. Enrique Collar logró el gol del conjunto madrileño.

Después llegó la citada primera final de la Copa de Europa contra el Bayern Múnich en 1974 y más tarde, doce años después, en el curso 1985-86, precisamente en Lyon, una más de la Recopa, doblegado por el potente Dínamo de Kiev, que se impuso al equipo entrenado por Luis Aragonés por 3-0, con tantos de Alexander Zavarov, Oleg Blokhin y Vadim Evtuchenko.

La espera fue aún más larga después, de 24 años, hasta su ciclo triunfal en la Liga Europa y la Supercopa. Primero en 2010, cuando Quique Sánchez Flores era el técnico de un Atlético que venció en Hamburgo al Fulham en la prórroga (1-2) para conquistar la primera, con dos goles de Diego Forlán, y que superó al Inter de Milán en Mónaco (2-0) para lograr la segunda, por medio de José Antonio Reyes y 'Kun' Agüero, los goleadores de aquella noche en el Luis II.

Ya con el argentino Diego Simeone, al frente de su banquillo desde unos meses antes, repitió ese doble éxito en 2012.

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