El atletismo latinoamericano despierta a un año de Rio-2016

  • El Mundial de Pekín, clausurado este domingo, permitió al atletismo latinoamericano empezar a despertar y mejorar su balance con respecto a las últimas grandes citas, gracias a una cosecha de cinco medallas, tres oros y dos platas, a un año de los Juegos Olímpicos de Rio-2016.

Tres mujeres consiguieron los tres oros de la región: la colombiana Caterine Ibargüen en el triple salto y las cubanas Denia Caballero en lanzamiento de disco y Yarisley Silva en el salto con garrocha. Las platas fueron para la brasileña Fabiana Murer, también en garrocha, y el cubano Pedro Pablo Pichardo en el triple salto.

En total fue una medalla menos que en la cita de Moscú-2013, pero allí sólo una fue de oro, para Ibargüen, mientras que el resto fueron una plata, de Pichardo, y cuatro bronces.

La mayor entidad de las medallas sumadas ahora impulsa a la región en plena recta final hacia Rio-2016, siempre teniendo muy presente que el atletismo es el deporte rey en unos Juegos Olímpicos y que todavía se debe seguir mejorando.

"Rio-2016 es el gran objetivo, un sueño para todos. Habrá que trabajar duro", avanzó Murer, que competirá allí en casa, en su teórica despedida de la competición.

Cuba, la potencia histórica tradicional en el atletismo latinoamericano, sí pudo asumir su rol de líder en esta ocasión y suma ya 54 metales en su palmarés en el evento.

Seis años llevaba la isla caribeña sin conseguir un oro mundial, desde el título de Berlín-2009 de la ya retirada Yargelis Savigne en el triple salto, y ahora pudo romper esa sequía por partida doble con Caballero y Silva, pero no pudo evitar quedarse con un sabor amargo por la decepción de su estrella masculina, Pedro Pablo Pichardo, que aspiraba a todo en el triple salto y que fue de nuevo segundo, como hace dos años en Moscú.

Desde Helsinki-2005, Cuba no lograba más de un oro en un Mundial de atletismo, por lo que la progresión eleva los ánimos de un país sumido en una crisis que duraba demasiado. Brasil, el anfitrión de los Juegos Olímpicos, volvió al medallero del Mundial después de cuatro años y lo hizo con una plata de su veterana garrochista Fabiana Murer, a sus 34 años, mientras que Colombia firmó el segundo oro consecutivo con Caterine Ibargüen.

Rio-2016 se perfilaba para casi todos, triunfadores y perdedores, como la ocasión perfecta para confirmar su éxito o cobrarse la revancha.

"Mi secreto es la sangre, las ganas de ganar, la responsabilidad que pongo cuando compito. Rio es uno de mis grandes objetivos, Rio es la cereza que le falta al pastel, seguiré trabajando para eso", declaró Ibargüen justo tras su éxito.

La garrochista cubana 'Yari' Silva también apuntó directamente a Rio como objetivo prioritario a partir de ahora.

"Fabiana (Murer) es una competidora excelente, a media que sube la altura está más fuerte. Brasil es su escenario. Va a estar más preparada todavía de lo que está ahora. También estará (Yelena) Isinbayeva, Jennifer Suhr, Nicoleta (Kyriakopoulou) y muchas otras niñas. Habrá un nivel muy parejo. Voy a ir a luchar la medalla que me falta", prometió.

Para la región se trata del mejor Mundial de atletismo desde Osaka-2007 (tres oros, cuatro platas). En los Juegos Olímpicos de Pekín-2008, en el estadio 'Nido de Pájaro' donde tuvo lugar este Mundial-2015, también hubo tres latinoamericanos que fueron campeones.

En aquel caso fueron un cubano (Dayron Robles en 110 metros vallas), una brasileña (Maurren Maggi en el salto largo) y un panameño (Irving Saladino también el salto largo).

Siete años después de esa cita olímpica y tras una etapa muy decepcionante, el atletismo latinoamericano parece que empieza a salir de su letargo y poco a poco va haciéndose un hueco para no decepcionar en casa el próximo año.

dr/jt

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