El 'Bad Boy' de la cantera del Real Madrid empieza a convertirse en una estrella

Indisciplinado, polémico, revoltoso, rebelde, travieso y genio. Ese es Jesé, uno de los mejores futbolistas que ha dado la cantera del Real Madrid, pero con el que han tenido que tener mucha paciencia en el club por los problemas que ha creado. En su paso por las categorías inferiores se le calificó como un 'Bad Boy'. Ha habido momentos en los que los técnicos se han tenido que sentar con él y hablar seriamente para decirle que si seguía en esa línea de indisciplina echaría a perder su carrera como futbolista. Hasta Florentino Pérez, que siente devoción por este chico, ha tenido que ejercer como un padre y darle una serie de consejos para que encontrara la estabilidad y madurez necesarias para formar parte de la primera plantilla del Real Madrid.

El canario ha protagonizado varios acontecimientos desagradables en su paso por las diferentes categorías del Real Madrid. El más conflictivo y que le pudo costar su salida del club se produjo en 2009. Tenía 16 años y, en un enfrentamiento contra el Atlético de Madrid, le propinó un cabezazo a un árbitro. La sanción fue de 15 partidos y en el Real Madrid no daban crédito a la reacción incontrolable que tuvo el chico. Para reconducir su conducta han tenido que ser muy firmes los dirigentes con él. Le dieron unos cuantos toques de atención Paco de Gracia, jefe de los ojeadores del club, y entrenadores como Alberto Toril y Aitor Karanka. También Julen Lopetegui. Jesé era un caso especial en la institución. Un chico con un talento fuera de lo normal y unas condiciones físicas superiores a los de su categoría. Por eso siempre fue por delante de los de su edad. Pero causaba problemas que ponían en riesgo su crecimiento como futbolista profesional. En 2012 volvió a tener otro arrebato en un encuentro en el que el Castilla se enfrentó al Sporting y el canario soltó una patada a un rival, Gregory Arnolín. Una acción que le costó la expulsión y dos partidos de sanción. Se le dio un ultimátum y mostró su arrepentimiento: "Quiero pedir perdón por mis acciones de hoy. Al club, al presidente, a mis compañeros, al entrenador y a los aficionados. No volverá a ocurrir", escribió en una red social.

Su talento y calidad, unido a su fútbol vertiginoso y eléctrico, alcanzó su punto álgido la temporada pasada con el Real Madrid Castilla. Acabó la temporada marcando 22 goles y superó la marca que había establecido Emilio Butragueño, también en el filial blanco, en la temporada 1983-84 con 21 goles. Esa temporada marcó un golazo contra el Alcorcón que provocó que Florentino Pérez se levantara de su asiento en el palco del estadio Alfredo di Stéfano y celebrara la jugada y el tanto como un aficionado más.

Hasta Moutrinho sufrió su carácter rebelde y le costó decidirse para darle minutos. Le observó detenidamente en la pretemporada, pero no se atrevía a ponerle en los partidos. Hasta que le hizo debutar la pasada campaña en un encuentro de Copa en Ponferrada. Enseguida vio que tenía algo diferente.

Su descaro es su mejor virtud. Le descubrió Sixto Alfonso, un ojeador canario que también recomendó al Barcelona el fichaje de Pedro. Sixto se quedó impresionado cuando veía a Jesé marcar goles en el Huracán, un equipo de la isla. Tenía un promedio de más de 100 tantos por temporada. Se lo dijo al Real Madrid y el club blanco le invitó a un torneo en León en 2007. Dos meses después no le dejaron escapar y se quedó en la capital. Hoy Jesé tiene ese punto de autocontrol que le hace ser mejor jugador sin perder la chispa y genio de un gran futbolista.