El Barça hipnotiza a los rivales y más que presionar... lo miran

  • El Barcelona que vimos en Santander deja muchos temas para el análisisy muy pocas cuestiones para la crítica. Este Barça es mejor, másagresivo, más perfecto. Más parecido al de la temporada pasada peroincluso con más alternativas de ataque, aunque pudiera parecerimposible. Una máquina de mover el balón que hipnotiza al rival hasta dejarlo parado.
Por Julen Lopetegui
Por Julen Lopetegui

Cuidadito con machacar al Racing. Lo primero que hay que tener en cuenta es que cuando el Barcelona juega así deja una imagen del rival mucho peor de lo que el equipo es en realidad. El Racing de la segunda parte es seguro mucho más parecido al que quiere Mandiá, con presión desde arriba y mayor agresividad. Pero que nadie olvide que a este Racing le ha tocado bailar con el Barça más fuerte de la temporada, y la belleza de un Barcelona tan grande oscurece hasta hacer cuasi invisibles las cosas buenas del contrario.

¿Cómo lo hace? Hipnotizando al rival. Hay un momento, te pongas como te pongas, en el que los rivales del Barça quedan hipnotizados por su fútbol de toque y los jugadores rivales parecen lentos, indolentes, capaces sólo de mirar, sin poder hacer otra cosa para frenar a los azulgranas.

Y la impresión es real, aunque la razón no es en absoluto dejadez. Sencillamente es el resultado inevitable (muy difícil de evitar, al menos) de la circulación de balón azulgrana. Un toque, y otro, y otro, y otro, a una velocidad endiablada, con una serenidad abrumadora, con una precisión inigualable…

Fíjese mientras está viendo el partido: El equipo contrario rodea a los jugadores del Barcelona, y  ellos ponen el balón a circular, lo mueven, se mueven, dan pases con poquísimos toques, cuando no de primeras. Y después de cuarenta pases siguen con la posesión, han llegado al borde del área y continúan dando toques como cuando estaban cruzando la línea del mediocampo.

Ahora fíjese en el rival: El jugador que se enfrenta a la primera combinación intentando presionar. La primera vez sale a intentar robar o cerrar, pero la velocidad de circulación del Barcelona es tan grande que llega tarde. Y la segunda vez se repite la historia. El ‘defensor’ sabe que ha hecho una carrera en balde y encima ha dejado la posición descubierta. Y si continúa así, una y otra vez, como suele ocurrir, a la tercera, a la cuarta o a la quinta, el jugador rival toma la decisión de no salir. Se para con el objetivo de, por lo menos, intentar mantener la posición y guardar la zona.

Es una reacción lógica y muy difícil de evitar. Es la hipnosis a la que el Barcelona somete a sus rivales. Y una vez ‘hipnotizados’, miran más que presionan. Dejan de ser activos para convertirse en contemplativos. Y se acabó. El rival del Barcelona siempre parece mucho peor equipo de lo que es.

Por supuesto que el problema lo conocen todos los entrenadores. Y todos buscan soluciones para frenarlos.

La primera idea para plantarles cara podría ser esperarlos atrás para salir a la contra. Pero la posibilidad de tener al equipo de Guardiola durante noventa minutos pegados a mi área da auténtico terror. Incluso desde la línea frontal del área son capaces de mover el balón para abrir huecos cuasi imposibles, entrar tirando paredes, en individual con regates  y ahora, con la llegada de Ibrahimovic, tienen una alternativa más, con el ‘pase-remate’, como se vio en Santander.

Otra alternativa sería presionar arriba y jugar al ataque. Lo malo es que eso es lo que más le gusta a este Barça. Si les pones al límite con la presión arriba, no hay problema. Se sienten súper cómodos jugando al límite. Si les aprietas en su salida, abren los centrales a las bandas, se lo toman con calma, y saben que en cuanto consigan sacar el primer pase y superar la línea de presión, se lo van a pasar en grande.

Es en esos casos cuando llevan la circulación al extremo. Tienen todo el campo para ellos, y te matan. En dos toques son capaces de hacer la transición defensa-ataque ya sea en conducción, al toque…

Vamos, que contra este Barça no hay nada sencillo, salvo que ellos se despisten. O que tengas un equipo de especialistas, como el Inter. Mourinho sabía que sus defensas tienen calidad y experiencia suficientes para aguantar lo increíble, y jugó a ese juego. Con un equipo capaz de estar setenta minutos sin el balón, con el rival al borde de su área, y no pasar ni miedo. Pero hay muy pocos que puedan hacer eso sin salir destrozados.

Pero si uno no tiene un equipo de especialistas, lo único posible cuando el Barça funciona perfecto es luchar por quitarles el balón para que no sepan a qué jugar. Si lo tienen ellos sabes que siempre puede pasar algo, pero si lo tienes tu les quitas su poder. Claro que para eso hay que presionar en todo el campo, achuchar… y el riesgo de llevarse una goleada es enorme.

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