Antonio Gutiérrez
Sevilla, 24 dic.- El Real Betis va a despedir 2012 con una paz que no tenía en los últimos años, pues la entidad parece haber encontrado la buena dirección tanto en el aspecto económico como en el social y deportivo, después de la convulsa transición aún no acabada de la época de Manuel Ruiz de Lopera como dirigente.
El control judicial de las acciones de Lopera propició que los administradores del club eligieran a Miguel Guillén, quien cumple la segunda temporada como presidente al enfrente de la entidad verdiblanca bajo una directriz de seriedad y profesionalidad.
Después de dos temporadas en Segunda, el Betis se reencontró la pasada campaña con la máxima categoría y cumplió con creces los objetivos de mantenerse en Primera y además conseguirlo sin ningún tipo agobios e incluso por momentos haciendo cuentas para mirar a Europa.
Fue el técnico madrileño Pepe Mel el encargado de subir al equipo a Primera, consolidarlo el pasado ejercicio y en éste acabar 2012 en la quinta plaza de la clasificación, a tres puntos de la cuarta y con unas magníficas sensaciones deportivas.
La virtud del cuerpo técnico del club hispalense es haber construido una plantilla con pocos recursos económicos y sin estrellas de renombre pero con un gran compromiso de trabajar partido a partido sin demasiadas pretensiones pero sin renunciar a seguir la progresión.
Entre sus jugadores destaca el centrocampista vizcaíno Beñat Etxebarría, quien hace tres ejercicios subió del filial al primer equipo y que ahora es internacional absoluto y una de la piezas claves en el Betis.
Por ello, el vasco también es la principal incertidumbre entre la afición, pues es un jugador apetecido por clubes mas poderosos económicamente y que acaba 2012 sin ampliar un contrato que concluye el próximo junio.
Otro jugador bético fue desgraciadamente triste protagonista en este año, pues ahora se cumplen seis meses del fallecimiento de Miki Roqué tras no superar un cáncer, por lo que no pudo participar en los avances deportivos de su equipo.
Estos avances parecieron tambalearse cuando el conjunto de Heliópolis perdió con estrépito a mediados del pasado noviembre en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán el derbi hispalense frente al Sevilla FC (5-1), lo que incluso motivó algunos días tempestuosos entre jugadores y seguidores béticos como resaca de la dolorosa derrota.
El enfado duró una semana, el tiempo que tardó en llegar al Benito Villamarín el Real Madrid y caer ante los de Pepe Mel, lo que dio un nuevo impuso para la buena inercia deportiva.
En el aspecto económico, el Betis, además del control judicial del capital social del máximo accionista, pleito que aún está abierto y pendiente de resolución, se encuentra también inmerso en un proceso de Ley Concursal debido a las grandes deudas que acumula la entidad.
El control judicial del gasto en todas las áreas de club y el acuerdo con los acreedores para rebajar significativamente las deudas han propiciado que se hayan presentado beneficios en el ejercicio 2011-12, aunque ello no oculte que el Betis siga con muchos problemas en su economía.
No obstante, la optimización de los recursos y las ideas de modernización se han notado en 2012 tanto en la mejora de instalaciones como de las estructuras de empresa que se quieren llevar, por lo que se afronta el venidero año con unas perspectivas de bonanza que no se recordaban.
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