El brasileño Wendell Lira gana el premio Puskas al mejor gol de 2015

  • El modesto futbolista brasileño Wendell Lira dio la sorpresa este lunes al imponerse en la votación al premio Puskas al Mejor Gol del Año 2015, en el marco de la gala del Balón de Oro que se celebró en Zúrich.

El tanto de Lira en un partido de la liga regional brasileña, que apenas fue visto por poco más de 300 espectadores, fue el más votado, con 1,6 millones de internautas.

Lira, de 26 años, se impuso en las votaciones al argentino Lionel Messi y al italiano Alessandro Florenzi.

El jugador brasileño, que pasó del desempleo a codearse con las estrellas del balón, recibió el premio muy emocionado, con lágrimas en los ojos.

"Quería agradecer a todos este momento, uno de los mejores de mi vida, compartiendo estos momentos con todos estos grandes jugadores", dijo al recibir el premio.

Wendell recurrió en el escenario al mito de David que ganó a Goliath para explicar su éxito.

La historia de Wendell Lira es curiosa. Curtido en los gramados terrosos de los estadios humildes de Brasil, poco podía soñar con que un gol suyo de chilena contra el Atlético-Go le llevaría a codearse meses después con mitos como el propio Messi, Cristiano Ronaldo o su compatriota Neymar.

El pasado mes de noviembre se llevó un buen susto, tal como explicó en una entrevista a la AFP. Salía de su casa en Goiania (centro oeste), en pleno corazón de Brasil, cuando un auto le cerró el paso.

Pensó que iban a asaltarle, pero el conductor que se bajó del coche para pedirle una foto, sólo quería anunciarle que la espectacular media chilena con la que había desarmado al arquero del Atlético-GO ocho meses atrás había regresado del pasado para cambiarle la vida.

"Cuando me dio la noticia, en el primer momento no me lo creí. Luego me llamó mi esposa llorando y me puse a llorar con ella, no me lo podía creer, fue muy emocionante", contó Wendell a la AFP. Las mismas lágrimas que tanto él como su señora derramaron este lunes en Zúrich.

Ironías del destino, meses después de marcar aquel gol para la Goianesa, equipo en el que cobraba 5.000 reales (unos 1.300 dólares) por jugar (lejos de los faraónicos salarios de las estrellas), Wendell Lira se quedó sin equipo.

"La vida del futbolista que no está en primera división es muy complicada, se pasan muchas dificultades, muchas veces no se recibe el salario y tenemos que mantener a nuestra familia", admitió a la AFP este jugador que en 2013 tuvo que buscar trabajos suplementarios para poder pagar sus cuentas.

Gracias al revuelo generado por su nominación al Premio Puskas, el Vila Nova, uno de los clubes de su ciudad, fichó a Wendell como el refuerzo estrella para su regreso a la serie B el próximo año.

Quizá ahora que ya tiene el premio en su poder, esto le sirva para aspirar a su gran sueño, poder vivir del fútbol.

Al menos su presencia en Zúrich le sirvió para conocer a Neymar, su gran ídolo.

mcd/pm

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