Una vez más, la violencia se impuso al fútbol en el clásico argentino. River venció a Boca Juniors por 0-1 pero el resultado fue lo de menos. Patadas, agresiones, lanzamientos de objetos desde la grada y cinco expulsiones marcaron el partido.
La primera expulsión la sufrió Boca a los 10 minutos cuando Silva vio la tarjeta roja. La dureza se hizo presente en el partido a partir de ese momento y el colegiado expulsó a Peruzzi y Cata Díaz de Boca, y a Pisculichi y Maidana de River Plate.
Este último fue el instigador de la gran tángana del partido. Le propinó un cabezazo a Tévez y un puñetazo a otro de sus rivales. Jugadores y técnicos se unieron a una reyerta que mantuvo el encuentro parado durante varios minutos.
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