El Deportivo cierra un año de sobresaltos económicos y futbolísticos

  • El Deportivo ha tenido un ajetreado 2013, un año de sobresaltos económicos y futbolísticos, en el que entró en concurso de acreedores, estuvo a punto de obrar el milagro pero perdió la categoría, pudo sufrir un descenso administrativo y, camino de un proceso electoral, con Augusto César Lendoiro derrotado por primera vez, es líder de la Liga Adelante.

Carlos Alberto Fernández

A Coruña, 23 dic.- El Deportivo ha tenido un ajetreado 2013, un año de sobresaltos económicos y futbolísticos, en el que entró en concurso de acreedores, estuvo a punto de obrar el milagro pero perdió la categoría, pudo sufrir un descenso administrativo y, camino de un proceso electoral, con Augusto César Lendoiro derrotado por primera vez, es líder de la Liga Adelante.

Después de haber destituido a José Luis Oltra en las últimas horas de 2012, el Deportivo, que empezaba a parecer desahuciado, confió la plantilla al portugués Domingos Paciencia, que se estrenó con una victoria, para tratar de levantarse en el terreno de juego mientras en los despachos se veía abocado a entrar en concurso de acreedores el 11 de enero.

Pintaba mal el futuro deportivo y económico del club, que siguió hundiéndose en la clasificación de la Liga y, paralelamente, comenzó a estar tutelado por los administradores concursales, aunque Augusto César Lendoiro conservó la presidencia, en la que cumplió 25 años consecutivos.

El dirigente, poco acostumbrado a cambiar de entrenador, lo hizo dos veces en cuestión de semanas porque Paciencia no hizo honor a su apellido y presentó la dimisión con el equipo al borde del colapso.

Llegó Fernando Vázquez, que llevaba casi seis años sin entrenar, y convenció a la plantilla y al deportivismo de que la salvación era posible.

No obtuvo buenos resultados en los primeros partidos, pero poco a poco empezó a sacar la cabeza a flote el Deportivo, a creer en sus posibilidades, a recortar la distancia con los equipos que le precedían, avanzar posiciones en la clasificación y llegar a zona de permanencia.

Su contundente victoria ante el Levante (0-4) el 13 de abril generó sospechas, el encuentro fue investigado por amaño y, en las siete jornadas que restaban, el Deportivo solo ganó un partido.

Llegó a la última jornada dependiendo de sí mismo para salvarse, como en 2011, pero la derrota ante la Real Sociedad en el estadio de Riazor le llevó, al igual que entonces, a Segunda División.

A diferencia de lo que había pasado dos años antes, el Deportivo perdió a su referente, Juan Carlos Valerón, que se despidió de Riazor, con lágrimas en los ojos, a la conclusión del partido y, horas después, confirmó su adiós en una emotiva rueda de prensa.

El descenso ahogó más la economía del Deportivo, que el 31 de julio, por la deuda con sus jugadores, estuvo a punto de sufrir un descenso administrativo.

Lendoiro, con un pacto con los jugadores y la Liga, pero no con los otros acreedores, logró mantener al equipo en la Liga Adelante y seguir en la presidencia.

Eso sí, se tuvo que desprender de las fichas más altas de la plantilla, 'regalar' a jugadores como Dani Aranzubia o Zé Castro y confeccionar una plantilla con escasos recursos.

Fernando Vázquez, que había renovado su contrato pese al descenso, continuó al frente del vestuario, siempre optimista, con confianza, y asumió una plantilla corta, coja en ataque con dos delanteros, uno de ellos recién subido del filial desde Tercera División.

Se frustró el fichaje de otro punta, Álex Geijo, en las últimas horas del mercado porque la administración concursal no lo permitió, pero consiguió a Carlos Marchena y a Antonio Núñez.

Vázquez construyó al equipo desde la defensa, aportó solidez, dio continuidad al canterano Pablo Insua, que se ha hecho indiscutible en el centro de la zaga, blindó la portería de Germán Lux, y creció.

El Deportivo, que gana más a domicilio en Riazor, que defiende mejor que ataca, se hizo con el liderato de la Liga Adelante y, a pesar de que pudo perderlo en la última jornada del año, consiguió retenerlo.

Paralelamente, el club inició un proceso electoral que llevaba décadas sin celebrarse porque Lendoiro no tenía oposición, y el presidente despide 2013 con un doble varapalo camino de las elecciones del 21 o 22 de enero.

Mientras negocia el convenio de acreedores que debe firmar el día 10, el juez del concurso cambió el régimen de intervención a suspensión solo en lo referente a las cuentas, que deben ser reformuladas por la administración concursal, y en la junta de accionistas, acostumbrado a sacar todos los puntos del orden del día casi por unanimidad, recibió un rechazo histórico.

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