El derbi entre Real Madrid y Atlético pone de manifiesto el respeto que se profesan en la actualidad ambos equipos. En 90 minutos, el público presente en el Bernabéu solo pudo presenciar ocho tiros a puerta, en un partido en el que el 67% de posesión del Real Madrid no le valió para hacer daño a los rojiblancos, sobre todo en la primera parte.
El Atlético jugó su partido aprovechándose de un 33% de posesión muy efectivo. El plan de Simeone salió a la perfección y se rubricó con el tanto de Griezmann en los primeros instantes de la segunda mitad.
Los blancos gozaron de varios cabezazos de Ronaldo, que no tuvo su día, pero a pesar de un tiro dentro del área del portugués, los rojiblancos no sintieron el miedo en el cuerpo. Los ocho disparos fuera del Madrid no fueron lo acertados que hubiese querido Zidane.
En el encuentro, trabado, destacan sobre todo el número de faltas. 24 en total, con 13 por parte del Real Madrid y 11 del Atlético. Unas faltas que sin duda beneficiaron a un Atlético que impuso se juego y neutralizó a los blancos.
Mucho menos Oblak a pesar de los cuatro disparos fuera del Real Madrid, ninguno peligroso. Estamos ante el derbi del miedo.
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