El Euskaltel intentó brillar en medio de la incertidumbre sobre su futuro

  • El Euskaltel Euskadi ha intentado brillar en el Tour de Francia que acaba de terminar en medio de una tremenda incertidumbre sobre su futuro, la delicada situación económica de cara a los próximos años que ha llevado a pedir socorro tanto a su mánager general, Igor González de Galdeano, como a los corredores que se han batido el cobre por las carreteras galas.

Ramón Orosa

Bilbao, 22 jul.- El Euskaltel Euskadi ha intentado brillar en el Tour de Francia que acaba de terminar en medio de una tremenda incertidumbre sobre su futuro, la delicada situación económica de cara a los próximos años que ha llevado a pedir socorro tanto a su mánager general, Igor González de Galdeano, como a los corredores que se han batido el cobre por las carreteras galas.

Aunque en principio el Euskaltel tenía asegurados cuatro años con la adquisición de la Licencia UCI ProTour y la promesa de la firma de telefonía de acompañarle y financiarle en ese periodo de tiempo, un cambio en el accionariado de la empresa naranja ha cambiado las cosas y, como han denunciado Galdeano y ciclistas en estas últimas fechas, si no encuentra un co-patrocinador, el equipo vasco bajará la persiana.

En medio de esa incertidumbre, y probablemente tan pendientes o más de su futuro que del preocupante presente, los corredores del equipo vasco han intentado brillar en la carretera de un Tour casi imposible para equipos sin un gran líder para la general o sin un esprinter dominador en las llegadas.

No consiguió en esta su decimotercera participación en la carrera francesa su objetivo principal, que era ganar la que sería su quinta etapa en la Grande Bouclé, pero corredores como Mikel Nieve, con los mejores en las grandes cumbres, y Juanjo Lobato, siempre peleando por destacadas posiciones en las llegadas masivas, sí han logrado cierto protagonismo.

Especialmente Nieve, tercero en el Mont-Ventoux y sexto en AX 3 Domaines, que hasta llegó a vestir el maillot de lunares de líder de la montaña, aunque prestado por Nairo Quintana, con quien llegó a pelear por arrebatárselo y lucirlo en París, en los Campos Elíseos.

Al navarro de Leiza una buena clasificación general se le fue el día que los abanicos enterraron también las opciones de triunfo y de podio de uno de los grandes favoritos, Alejandro Valverde.

Aquella jornada camino de Lyon fue nefasta para las posibilidades de meter un hombre entre los primeros de la general del Euskaltel, cuyos líderes, Nieve e Igor Antón, perdieron los 9.54 minutos que se dejó el murciano respeto al ganador de la etapa, Mark Cavendish, y Alberto Contador, ese día el primero de los grandes favoritos.

Con Antón solo amagando con uno de sus días de gloria en las etapas de grandes porcentajes hacia arriba, la segunda de las alegrías naranjas ha sido un Juanjo Lobato que ha avalado la obligada apuesta por corredores no vascos alcanzando hasta tres puestos Top10 en los sprints: quinto, séptimo y noveno.

Los demás, los Romain Sicard, Rubén Pérez, Mikel Astarloza, Juanjo Oroz, los hermanos Gorka e Ion Izagirre, incluso el propio Antón, han intentado encontrar esa escapada que facilita el éxito parcial. Pero este año ha estado muy cara por el abrumador dominio de Chris Froome y los equipos con grandes velocistas.

No lograron ese triunfo de etapa los naranjas, como les ha pasado a muchos en este Tour, y ahora deberán intentarlo en su próximo gran objetivo: la Vuelta a España. Una Vuelta a la que acudirán con su gran estrella, Samuel Sánchez, como gran líder y aspirante a estar siempre entre los mejores.

Y con el resto de sus figuras -Nieve y Antón principalmente-, si se encuentran en buena condición, para allanarle al ex campeón olímpico el camino a un éxito que el equipo vasco necesita como pocas veces. Porque en contados ocasiones en sus ya 20 años de vida ha visto cómo su continuidad en el pelotón pende de un hilo tan fino como el que ahora le mantiene -en lo económico- con vida.

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