El fútbol como antídoto en la nunca fácil Cachemira india

  • La Cachemira india se esfuerza en promocionar el fútbol para que los jóvenes talentos tengan una oportunidad en una zona en eterna disputa entre la India y Pakistán, donde el conflicto territorial complica hasta el deporte.

Luis Ángel Reglero

Srinagar (India), 8 ago.- La Cachemira india se esfuerza en promocionar el fútbol para que los jóvenes talentos tengan una oportunidad en una zona en eterna disputa entre la India y Pakistán, donde el conflicto territorial complica hasta el deporte.

"Aquí casi nada tiene futuro, ni siquiera el deporte", lamenta un fornido jugador de rugby, que prefiere huir de protagonismos y no dar su nombre mientras contempla lo que tenía que haber sido el comienzo de un torneo veraniego de fútbol.

Una competición que debía de haber comenzado un sábado, pero no pudo ser por la enésima jornada de huelga con la que buena parte de la población responde a los toques de queda que impone el Ejército indio cuando hay enfrentamientos con los separatistas pro Pakistán.

Contra todos los inconvenientes, "nuestro objetivo es promover el deporte entre los jóvenes, en este caso a través de un juego tan popular como es el fútbol", comenta a Efe el presidente de la Asociación de Fútbol de Jammu y Cachemira, Zameer Ahmad Thakur.

El conflicto en Jammu y Cachemira, como se llama oficialmente este estado del extremo noroeste de la India, añade un inconveniente más que se suma a la falta de infraestructuras idóneas para el deporte, las penurias económicas de los equipos o el duro invierno.

"La gente lo demanda: el fútbol es muy popular aquí y nos encantan las grandes ligas de Europa", relata el presidente antes de citar la Liga española, la Premier inglesa, la Bundesliga alemana o la Seria A italiana.

La India ocupa el puesto 144 de la FIFA y en su liga juegan solo ocho equipos, ninguno de Jammu y Cachemira, aunque cuenta con clubes centenarios; el segundo mayor estadio de fútbol del mundo, en Calcuta y con capacidad para 120.000 espectadores; y con jugadores europeos como los españoles Luis García y Joan Capdevila.

En Jammu y Cachemira no siempre se puede jugar en todos los distritos del estado por la nieve y el frío intenso en invierno, y cuando hay mejor tiempo, "no tenemos las infraestructuras que queremos", apunta Thakur mientras observa los sencillos campos de juego.

Unos campos que necesitan mejor césped y unos equipos cuyos jugadores ni siquiera comparten la misma camiseta, lo que obliga a jugar con chalecos o petos para diferenciarse entre ellos, además de que "hemos tenido que pedir apoyo a la Federación de Fútbol de la India porque no tenemos suficientes entrenadores", añade.

"Tenemos tanto talento como en Europa", defiende convencido, pero escasean hasta los más humildes patrocinadores, ya que el poco dinero que aporta el Consejo de Deportes de la región "no llega para que se pueda jugar en todos los distritos".

Por ello, la Asociación de Fútbol de Jammu y Cachemira se enorgullece del torneo organizado este mes de agosto, que además incluye rugby, críquet -el deporte rey en la India- y billar, con cerca de 1.500 jóvenes participantes, explica a Efe uno de los organizadores, Fahad Wani.

Este joven voluntario precisa que solo en fútbol han conseguido reunir sesenta equipos, en los que sus jugadores visten camisetas de equipos locales o de Europa y América, desde el Real Madrid o el FC Barcelona hasta las selecciones de Brasil o Argentina.

"Necesitamos promover más campos de hierba", para que los jóvenes talentos puedan explotar y emular éxitos de un pasado no tan lejano, cuando de Cachemira salieron jugadores internacionales, recuerda Wani.

Mehrajuddin Wadoo y Arun Malhotra son algunos de los jugadores de la región que más recientemente han alcanzado la internacionalidad con la selección india, siguiendo la estela de ídolos locales como Abdul Majeed Kakroo, que llegó a capitanear el equipo nacional en la década de 1980 y luego se convertió en entrenador.

Nombres anónimos en el panorama internacional del fútbol, pero que sirven de espejo en el único estado indio de mayoría musulmana, por el que la India y Pakistán ya han librado tres guerras desde la independencia de los británicos en 1947.

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