El futbolista colombiano Juan Pablo Pino, detenido en Arabia Saudí por mostrar un tatuaje de Jesucristo

  • Unos tatuajes con motivos religiosos le han causado un buen disgusto al futbolista colombiano Juan Pablo Pino, que juega en la liga de Arabia Saudí, después de que la policía moral del conservador reino árabe le detuviese por exhibirlos en público.

Juan Pablo Pino durante la firma se su contrato con el Al Nasr
Juan Pablo Pino durante la firma se su contrato con el Al Nasr
lainformacion.com
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Cuando el pasado mes de agosto el extremo colombiano Juan Pablo Pino dejó Estambul rumbo a Arabia Saudí para fichar por el Al Nasr, jamás se imaginó que acabaría entre rejas por pasear en manga corta por un centro comercial junto a su mujer

Lo que el joven futbolista de 24 años ignoraba era que, para el conservador reino árabe, mostrar sus tatuajes con la imagen de Jesucristo en público era una grave afrenta religiosa.

Según aseguran varios medios saudíes, la imagen del futbolista tatuado provocó la indignación de varios clientes del lugar, que comenzaron a insultarle y atrajeron la atención de la policía moral, que se encarga de que los ciudadanos cumplan las estrictas reglas de conducta que rigen en el reino saudí.

Los agentes detuvieron al jugador del club Al Nasr hasta la llegada del delegado del equipo, que se encargó de solucionar el problema con la policía. El equipo ha publicado unas declaraciones atribuidas a Pino en las que este expresó su "profunda tristeza" por lo sucedido y aseguró que respeta las leyes del país.

Y por si aún hubiera alguna duda,  jugador colombiano ha asegurado a través de la web de su club que ha comprado ropa musulmana a su mujer "para que salga de manera respetuosa". Además, ha aprovechado para acusar a los aficionados y seguidores de los equipos adversarios de exagerar y sobredimensionar el suceso para desprestigiar al Nasr.

Según informaciones difundidas por medios locales, la esposa del jugador vive con gran preocupación esta situación y hasta ha pedido a su marido que renuncie a su contrato y abandonen juntos el país.

En esta polémica sobre tatuajes con motivos religiosos llueve sobre mojado en Arabia Saudí. El año pasado estalló un caso similar con el jugador rumano Mirel Radoi, que jugaba entonces en el Al Hilal saudí, besó el tatuaje de una cruz que llevaba en su brazo después de marcar un gol, lo que provocó otra reacción de descontento popular.

El jeque Mohamed Nayimi, uno de los clérigos más reputados de este país, asegura que las leyes saudíes prohíben los tatuajes, sea cual sea su forma, y que el jugador tiene que respetar estas reglas, por lo que los futbolistas están obligados a tapar las partes del cuerpo en las que los tienen.

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