El Madrid, sin ilusión, magia o ganas... y sin suerte: pierde contra la Real Sociedad

  • Solo Vinicius, que fue titular, demuestra algo de interés por una Liga a la que los blancos dicen adiós en apenas tres días del arranque de 2019.
Real Madrid-Real Sociedad
Real Madrid-Real Sociedad
Efe

Si el aficionado blanco creía en la magia del día de Reyes, la ilusión ha tardado en esfumarse menos de un minuto. Porque ni 60 segundos habían pasado desde el inicio de LaLiga en el Santiago Bernabéu en este 2019 cuando a Marcelo se le marchó fácil el donostiarra Mikel Merino en el borde del área y Casemiro, que había acudido a la cobertura, se pasó de frenada (o le ha pesado el roscón) y se lo llevó por delante. Penalti claro y William José, aquel delantero brasileño que perteneciera al Castilla (e incluso debutase con el primer equipo en 2014), no falló desde los once metros. 

A partir de ahí, el partido de los blancos ha sido una pesadilla para los aficionados merengues. Y ha terminado con resaca total, que es como dejan siempre los peores sueños cuando se despierta: con mal cuerpo y ganas de echarse a dormir de nuevo. Nueva derrota en casa (tras el ridículo de Champions ante el CSKA de Moscú de hace un mes) y el Barcelona que puede irse a medio planeta de distancia en puntos justo en una semana en la que, con el partido aplazado del jueves frente al Villarreal, se presentaba como oportunidad para recortar.

Pero todo lo contrario. Otra oportunidad perdida en un partido en el que, a todo esto, ha pasado de todo... empezando por la nada a la que se han entregado los de Solari durante un buen tramo del partido, sin ideas, sin empuje, sin ganas. Después, y porque en el Bernabéu siempre pasan cosas (aunque sean gracias al rival), se han acumulado otras desgracias habituales del fútbol, como una expulsión de Lucas Vázquez al cuarto de hora de la reanudación, un más que posible penalti no pitado sobre Vinicius, paradas agónicas de Rulli, balones sueltos en ambas áreas o contragolpes de la Real Sociedad que se estrellaban contra el portero belga del Madrid... o contra el palo. Para terminar, vino la sentencia de la Real Sociedad a falta de diez minutos en uno de esos contraataques por mediación de Rubén Pardo. Se veía venir, diría más de uno en la grada. 

En este fatalismo al que parece condenado esta temporada el Real Madrid, la única esperanza tiene nombre: Vinicius. Si es que hay que buscar una buena noticia en la adversidad, ha vuelto a demostrar que lo que le falta de experiencia le sobra de atrevimiento. De acuerdo que corre alocado a veces y que se estrella en regates precipitados. Pero lo intenta. Lo ha intentado este día de Reyes y solo él puede salvarse de una quema generalizada que refrendó el respetable con el enfado final.

Ni siquiera Isco, que contó con más de media hora para alzar la voz o demostrar por qué su entrenador es injusto y le tiene manía y el mundo es cruel, se dio por aludido, una vez más condenado al banquillo al inicio y adelantado en el once titular por el propio joven brasileño. Visto lo visto, está claro que en esto sí que tiene razón Solari. Faltaba Bale y el Benzema de hoy era de los que andan por ese lado oscuro de la luna donde acaba de aterrizar una sonda china. Así que nada de gol. Casi nada de nada excepto por parte de la Real Sociedad, que algún mérito habrá que darle y que gana en Madrid por primera vez en 15 años. 

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