El Mundial 82, o cómo España acabó con la etiqueta de favorito del anfitrión

  • Una de las leyes no escritas del fútbol dice que el país anfitrión de un Mundial llega lejos en su torneo. Esto era así hasta que España firmó un Mundial 1982 desastroso. Las expectativas estaban muy altas, altísimas, como siempre que la selección juega un torneo, y más cuando 18 años antes había ganado la Eurocopa que organizó. La dura realidad fue un bofetón para todo un país.
Naranjito, mascota del Mundial de España 1982
Naranjito, mascota del Mundial de España 1982
lainformacion.com
Jorge Ramírez Orsikowsky

La euforia española antes de que empezase el Mundial de Naranjito estaba justificada desde la estadística. Hasta 1982, cinco países, Uruguay, Italia, Inglaterra, Alemania Federal y Argentina, habían ganado el Mundial en casa y dos, Brasil y Suecia, habían sido subcampeones. Chile acabó tercera.

Sólo Francia había patinado en su papel de anfitrión. En 1938, con sólo 16 selecciones, el Mundial se jugaba de principio a fin por el sistema de eliminatorias. Los galos superaron la ronda de octavos, pero cayeron en cuartos contra Italia, que sería el campeón. Terminaron su torneo en octava posición, justo en medio.

España repitió esta posición neutra (duodécima de veinticuatro equipos), con el agravante de que lo hizo en un torneo con dos fases de grupos antes de llegar, directamente, a semifinales. Este sistema reduce los riesgos y es perfecto para las grandes selecciones. La Roja no lo era y no lo aprovechó.

Descaradas ayudas arbitrales

Los errores arbitrales de los que tanto se ha quejado España fueron en el 82 su tabla de salvación. Después de empatar a uno contra Honduras en su debut, España empezó perdiendo, otra vez, contra Yugoslavia. El árbitro danés Henning Lund Sørensen llegó al rescate y pitó como penalti una falta fuera del área. López Ufarte chutó fuera, pero el árbitro mandó repetir la pena máxima, que transformó en gol Juanito.

Saura lograría el tanto del triunfo en la segunda parte en la que fue la única victoria de la selección español en su Mundial. Después, los de Santamaría perdieron 1-0 contra Irlanda del Norte y acabaron segundos en un grupo fácil, lo que los condenó a jugarse las semifinales contra dos cocos.

En la segunda fase, España quedó encuadrada con Alemania Federal e Inglaterra. Perdió 2-1 con los germanos, que llegarían a la final, y empató sin goles con los ingleses. Su balance final, un triunfo, dos empates y dos derrotas. Un desastre que acabó con la destitución del seleccionador, Santamaría.

Hasta 2010, España compartía con Francia ese dudoso honor de ser el peor anfitrión. Sudáfrica, que no pasó de la fase de grupos, empeoró sus números y acabó en el puesto 20 de 32 selecciones. Francia pudo quitarse la espina en 1998 cuando organizó su segundo Mundial y fue campeona. España espera hacer lo mismo en 2018 si la FIFA le concede el torneo.

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