El Murcia es el visitante con más victorias de España a pesar de un atracón de más de 26.000 kilómetros

El pasado sábado, después de haberse recorrido más de 1.000 kilómetros para jugar un partido de fútbol, el Murcia pereció en el campo del Somozas (2-1). Ante el conjunto gallego, los pimentoneros no sumaron ningún punto pero acumularon su kilómetro 26.926 por la península española y siguen siendo el mejor visitante del fútbol español con 10 victorias, las mismas que acumulan Real Madrid y Barcelona.

Porque el pasado 7 de agosto se confirmaron las peores premisas cuando la Liga de Fútbol Profesional confirmó el descenso del Murcia a la Segunda División B por sus problemas con Hacienda. Tras confirmarse la dramática noticia, el club se apresuró en recurrir pero no habría milagro: el conjunto pimentonero, que venía de jugar los playoff, tendría que volver a fútbol no profesional.

Ante tal premisa, el Mirandés, que había perecido sobre el césped, saldría del Grupo 1 de la Segunda División B y el equipo murciano ocuparía su lugar. Por si el descenso fuera poco, el Murcia tendría que jugarse su vuelta a la categoría de plata en los campos del norte de la península. Ferrol (1005 kilómetros), Luanco (888), Langreo (846) Vigo (994), Oviedo (850) o Santiago (914) han sido los destinos de un equipo que ha ganado en 10 partidos fuera de casa, ha perdido cinco y ha empatado uno.

"Son increíbles los viajes que nos estamos pegando en autobús. El jueves hicimos más de 1.000 kilómetros para llegar a Somozas. Tardamos más de 11 horas. Salimos el jueves a las 23 horas y llegamos el viernes a las 9 de la mañana", afirma un José Luis Acciari, capitán y que ha jugado en el club en Primera, Segunda División y Segunda División B. "Es muy injusto pero no hay que lamentarse y tirar para adelante. Cuando nos confirmaron que jugaríamos en el Grupo 1 teníamos dos opciones: poner excusas o ver el lado positivo y pensar que con estos viajes tan largos el grupo se fortalecería. Elegimos lo segundo", aclara.

José Manuel Aira llegó este verano al banquillo del Real Murcia con el claro objetivo de ascender a un equipo que tenía el gran hándicap de jugar en un grupo donde el estadio más cercano está a 593 kilómetros (Valladolid). "Es una locura pero le hemos dado la vuelta a la situación para que sea algo positivo para crecer como grupo. Intentamos viajar dos noches antes del partido. El plan es viajar por la noche para poder desayunar en la ciudad en la que juguemos. Después los jugadores descansan, entrenan y al día siguiente partido. Está claro que no es lo mejor para un futbolista pero hay muchos equipos que hacen lo mismo. Es injusto pero no depende de nosotros. No hay que perder el tiempo en valorar la situación. Hubo gente que decidió que teníamos que jugar en el Grupo 1 y a partir de ahí nosotros intentamos buscar soluciones y hemos acertado gracias a la buena actitud de los jugadores", aclara.

Desde la Federación se anunció que se ayudaría al Real Murcia a sufragar los gastos de los desplazamientos pero parece que esas ayudas no han llegado a un club con una situación económica complicada. "En verano acordamos con el club cobrar a mes vencido y están cumpliendo con los pagos", añade un Acciari que es un emblema del club y que destaca la buena armonía de un vestuario que tiene que hacer 20 horas de autobús cada dos semanas.

"Leemos, vemos películas o jugamos a las cartas, los viajes son muy largos", dice. El entretenimiento dura hasta que Aira da el toque de queda: "Les dejamos una hora y media para que jueguen a las cartas o vean películas y después se apagan las luces. Tienen que intentar dormir lo máximo posible". El Murcia duerme en la carretera pero el sueño de volver a la categoría de plata sigue. Son segundos y, salvo desastre, disputarán el playoff. "Nuestro objetivo es viajar y ganar", aclaran. De momento lo están haciendo.