El Reino Unido endurece sus medidas contra el racismo en el fútbol

  • La Federación de fútbol inglesa (FA) y la Fiscalía británica han emprendido acciones de una dureza ejemplar contra dos jugadores de la Premier League acusados de proferir insultos racistas, el inglés John Terry y el uruguayo Luis Suárez.

Guillermo Ximenis

Londres, 20 dic.- La Federación de fútbol inglesa (FA) y la Fiscalía británica han emprendido acciones de una dureza ejemplar contra dos jugadores de la Premier League acusados de proferir insultos racistas, el inglés John Terry y el uruguayo Luis Suárez.

A solo meses de que den comienzo en Londres los trigésimos Juegos Olímpicos de la era moderna, el Reino Unido está decidido a mostrar tolerancia cero hacia los comportamientos antideportivos en los estadios y no ha dudado en que el caso del capitán de la selección inglesa trascienda los límites de las instituciones futbolísticas.

La justicia ordinaria anunció hoy que procesará a Terry, de 31 años y capitán de Inglaterra, por un delito de alteración del orden público con agravante racial, después de que uno de los asistentes al encuentro el pasado octubre entre el Chelsea y el Queens Park Rangers, cuya identidad se desconoce, presentara una denuncia contra el futbolista por insultar a su compatriota Anton Ferdinand.

La policía se presentó este mediodía en casa del jugador de los "blues", que comparecerá ante un tribunal el 1 de febrero, para comunicarle la decisión de la Fiscalía y, a las pocas horas, la historia acaparaba la primera plana de la mayoría de los medios británicos.

La consecuencia más inmediata para el central inglés son las serias dudas que penden sobre su capitanía de Inglaterra de cara a al Eurocopa de junio, un puesto que acababa de recuperar después de haberlo perdido durante un año tras protagonizar un escándalo sexual con la novia de uno de sus excompañeros del Chelsea.

Según la legislación británica, la máxima pena que puede afrontar el jugador si es declarado culpable es una multa de 2.500 libras (unos 3.000 euros), una cantidad muy por debajo de la que podría imponerle la Federación inglesa, que también mantiene una investigación abierta contra él, aunque no se pronunciará hasta que los tribunales ordinarios dicten sentencia.

El delantero del Liverpool Luis Suárez, en cambio, sí que ha recibido ya una pena de la FA: ocho partidos de suspensión y 40.000 libras (unos 48.000 euros), una cantidad más ajustada a los altos salarios que cobran las estrellas de una de las mejores ligas europeas, cercanos a las 100.000 libras semanales (unos 120.000 euros).

El uruguayo no ha tenido que afrontar un proceso judicial debido a que nadie presentó una queja ante la policía por su comportamiento, pero se topó anoche con una sanción modélica por insultar al franco-senegalés del Manchester United Patrice Evra.

Los casos de Suárez y Terry, que han sido ampliamente debatidos en los medios británicos, han creado un clima de especial sensibilidad en el Reino Unido ante los comportamientos racistas en los terrenos de juego.

Hace pocas semanas, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, provocó una agria polémica al afirmar que no existe el racismo en los campos de fútbol y que, "si se da un gesto o una palabra que no es correcta", el problema se puede zanjar con un "apretón de manos".

Esas declaraciones, que Blatter dijo fueron malinterpretadas, corrieron como la pólvora en el Reino Unido, y muchos interpretaron que el dirigente del máximo organismo del fútbol mundial había minimizado la importancia de un problema grave.

El ministro de Deportes británico, Hugh Robertson, llegó a exigir la dimisión de Blatter y los veinte clubes de la Premier League firmaron un comunicado conjunto en respuesta a las palabras del presidente de la FIFA, de 75 años.

"El fútbol inglés ha estado siempre al frente de la lucha contra los comportamientos discriminatorios y todos entendemos que cualquier forma de racismo es completamente inaceptable", decía el comunicado conjunto de los clubes.

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