El rugby es un deporte de caballeros. Alun-Wyn Jones, jugador del Clermont francés lo ha vuelto a poner de manifiesto esta semana durante la quinta jornada de la Copa de Europa. En un lance del juego, Jones se declaró a sí mismo como culpable de una falta no señalada sobre su rival Viktor Kolelishvili.
Kolelishvili protestó la acción y el colegiado le sancionó. Jones, consciente de ser el origen del incidente, le pidió la árbitro que no le mostrase la cartulina amarilla a su rival.
Sin embargo, el cuerpo arbitral no escuchó las demandas de Jones. Clermont perdió el partido 21-13, pero la clase de su capitán permanecerá en el recuerdo.
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