El rugby y el crícket recuperan el trono un año después

  • Doce meses después de la final de la Copa de Mundo, en la que España se hizo con su primer título, el fútbol cede de nuevo su protagonismo al rugby y al crícket en Sudáfrica.

Jaime Velázquez

Johannesburgo, 9 jul.- Doce meses después de la final de la Copa de Mundo, en la que España se hizo con su primer título, el fútbol cede de nuevo su protagonismo al rugby y al crícket en Sudáfrica.

Las páginas deportivas de esta semana en Sudáfrica no hablan de otra cosa que no sea de la Copa del Mundo, pero no de la que levantó hace un año el capitán de la selección española, Iker Casillas, ante más de 90.000 espectadores en el Soccer City de Johannesburgo. La que impone su ley es la de rugby, el primer deporte del país.

Los marcadores electrónicos de las ediciones digitales de los diarios muestran la cuenta atrás para el inicio del Mundial de rugby, el próximo 9 de septiembre, y los comentaristas se entretienen analizando las 21 bajas con las que acudirán al torneo los Springboks, la selección nacional.

Un año después del Mundial, el fútbol vuelve a ocupar su lugar como tercer deporte de Sudáfrica, donde sólo las grandes competiciones europeas -la liga inglesa, la española y la Liga de Campeones- logran despertar interés.

Los enormes estadios construidos para el Mundial cuestan a la Administración sudafricana el equivalente de al menos 7,5 millones de euros (10,6 millones de dólares) al año, y la mayoría sobrevive gracias a la programación de partidos de rugby, conciertos musicales o actos religiosos.

El fútbol se hace pequeño, como el estadio Ekangala, de 5.000 localidades, en que se celebra este domingo el aniversario del Mundial, sin que se haya confirmado aún la presencia de ningún miembro del Gobierno sudafricano.

"El verdadero legado del Mundial no son los grandes estadios, sino todas las pequeñas instalaciones que van a permitir que el fútbol crezca en nuestro país", asegura Morio Sanyane, director de comunicación de la Asociación Sudafricana de Fútbol (SAFA).

Un total de 63 nuevas canchas de hierba artificial distribuidas por todo el país, y junto a los barrios negros donde el fútbol sí es el rey, permitirán al deporte crecer, al tiempo que lo hacen los niños sudafricanos.

"Nuestro principal proyecto en estos momentos son los chavales de 6 a 12 años", explica Sanyane.

La ONG "Grassroot Soccer" utiliza el fútbol para educar a los menores en la prevención del sida en Sudáfrica desde el año 2006, y han logrado aumentar el número de escolares gracias a las instalaciones que dejó el Mundial de 2010.

"El legado de la Copa del Mundo nos ha permitido crecer en el número de actividades y de beneficiarios", reconoce Mpumi Lallie, responsable del proyecto en Sudáfrica.

El impacto del Mundial en la promoción del fútbol se deja notar en el aumento de apoyo a la selección nacional, conocida como los Bafana Bafana ("los muchachos", en idioma zulú), y en el creciente número de aficionados blancos e indios, tradicionalmente ligados al rugby y al crícket.

"Cada vez se ven más blancos e indios en los partidos de fútbol, especialmente en los encuentros de la selección", asegura Sanyane.

El conjunto nacional también ha mejorado gracias a la celebración de la Copa del Mundo en suelo sudafricano: "Hemos visto jugar a Xavi y a Iniesta, y ahora los Bafana Bafana conocen un modelo de fútbol al que aspirar", añade.

Asimismo, Sanyane interpreta el éxito de la Copa del Mundo en términos de cohesión nacional, y pone de ejemplo la celebración del Mundial de rugby de 1995, que retrató la película "Invictus", dirigida por Clint Eastwood e interpretada por Morgan Freeman, en el papel del Premio Nobel de la Paz de 1993, Nelson Mandela.

En aquella ocasión, Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica, logró unir a la nación en torno a los Springboks, el equipo nacional de rugby, un deporte que tradicionalmente ha sido de blancos en este país.

"La Copa del Mundo de Fútbol de 2010 ha hecho el camino contrario, ha unido a los blancos en el deporte de los negros, y hoy todos los sudafricanos llevan la camiseta de los Bafana Bafana, y todos la sienten como la camiseta de su selección nacional".

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