Gran Premio de Laguna Seca de 2008. Valentino Rossi y Casey Stoner se juegan el Mundial. El australiano sale desde la 'pole' gracias a un dominio absoluto en los entrenamientos. Incluso en el Warm Up del domingo por la mañana es seis décimas más rápido que su gran rival. Sin embargo, de poco le sirve esa ventaja en carrera, donde el por entonces heptacampeón del mundo se le pega a la rueda.
Es, precisamente, 'Il Dottore' quien lidera la clasificación por el título con 187 puntos, veinte más que el 'aussie', que eso sí llega en un estado de forma inmejorable tras vencer las tres últimas carreras. Cuando el semáforo se apaga, Case Stoner sale perfecto y llega al final de recta en primera posición, seguido de un Nicky Haydn que supera a Rossi en los primeros metros.
Sin embargo, el estadounidense de Honda no es rival para Valentino. 'Il Dottore' le adelanta sin problemas y pone su punto de mira en la Ducati roja de Stoner. A partir de la vuelta dos comienza un mano a mano que se alargaría unas cuantas vueltas y en el que se adelantarían sucesivas veces, con varios contactos incluidos.
El momento de mayor tensión llegó en el cuarto giro. Stoner lideraba la prueba, con Rossi pegado a su estela. Ambos pilotos llegaban a la mítica curva del sacacorhos, una chicane ciega en pendiente descendiente con una pendiente del 25%. El italiano se tiró al interior en la primera curva de izquierdas, pero frenó tarde y se pasó un poco.
Parecía que Stoner traccionaría mejor y, acelerando antes, podría recuperar la posición a la salida de la curva a derechas. Sin embargo, Rossi, en un gesto de genialidad y locura, enderezó la moto, soltó el freno y se fue a propósito por fuera del asfalto para no perder tiempo. Una decisión tomada en milésimas de segundo que pudo arruinar su carrera le sirvió para mantener el primer puesto y para encabezar la lista de mejores adelantamientos de aquel año y de la historia del mundial de motociclismo.
Aquella maniobra pareció descentrar a un Stoner que pocas vueltas más tardes cometería un error impropio de él y acabaría en la puzolana de la última curva. Pudo levantarse y acabar segundo, pero la victoria, tanto física como psicológica, era de un Valentino Rossi que, a partir de este Gran Premio, comenzaría una racha de cinco victorias con las que certificaría su octavo título mundial.
Puedes ver el vídeo oficial de aquel mágico momento pulsando aquí.
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