Un fenómeno de masas endeudado hasta la médula

Fernando Alonso y el estreno de Sainz dan 'oxígeno' a la ruina de la Fórmula 1

El regreso del bicampeón y el primer año del piloto madrileño en Ferrari han situado de nuevo en millones de hogares la Fórmula 1, que acaba de recalificar parte de su deuda para atraer nuevos inversores.

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Las llaves para salvar a la F1 de la ruina.
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Congelación de presupuestos de las escuderías, carreras canceladas, acuerdos a última hora para revender derechos televisivos a múltiples cadenas… La Fórmula 1 vive su año más convulso desde que Liberty Group se hiciera con el control del ‘Gran Circo’ en 2016 a cambio de 4.400 millones de dólares. Tras salvar el 2020 gracias a que la mayoría de los acuerdos con patrocinadores y organizadores estaban cerrados antes del estallido de la pandemia, esta temporada parecen evidenciarse los problemas endémicos de un fenómeno de masas endeudado hasta la médula y que, curiosamente, podría tener en Fernando Alonso y Carlos Sainz las llaves para su salvación.

El regreso del bicampeón mundial y el primer año de Sainz en Ferrari han situado de nuevo a la Fórmula 1 en los televisores de millones de españoles cada domingo. Especialmente tras carreras como el GP de Mónaco, donde el piloto de ‘Il cavallino rampante’ logró un histórico segundo puesto, solo por detrás de Max Verstappen. Unos días antes, Mediaset compró el GP de España, ofreciendo por primera vez en años una carrera por dos plataformas distintas: Movistar y Telecinco… Y eso que Alonso no ha pasado del octavo puesto en lo que va de año. Entonces, ¿por qué España es tan importante para la F1 a día de hoy? Vayamos por partes.

De los 188 países en los que se consume la Fórmula 1, España es el que más ha crecido junto a otros nichos clásicos como Italia

Aunque en marzo de 2020 las acciones de la Fórmula 1 perdieron la mitad de su valor, rápidamente se repusieron tras el compromiso con los inversores de no aumentar la deuda de la compañía, que ascendía a 2.900 millones de dólares a final del pasado ejercicio. ¿Cómo? Principalmente, congelando el gasto en I+D de los equipos participantes, que dependen directamente de los premios en metálico después de cada carrera. De ahí que se haya pospuesto un año la revolución de los monoplazas con efecto suelo, lo que hubiera implicado un aumento significativo del reparto de dinero, que será menor este año que los aproximadamente 1.000 millones del curso pasado. Y de aquí a 2025 será aún menos generoso.

Es la nueva Fórmula 1: más económica, más ecológica. Sin embargo, en una temporada tan anómala como la actual, reducir los gastos podría no ser suficiente. Por eso, hace unas semanas el grupo Liberty revelaba sus perspectivas tras los resultados del primer trimestre de 2020. En la transcripción de aquel encuentro, revelada por el medio especializado The Motley Fool, Brian J. Wendling, CFO de la Fórmula 1, señalaba que si bien la deuda había engordado hasta los 3.600 millones de dólares, habían recalificado 724 millones "a nivel corporativo". Su explicación fue que "durante los tres meses que terminaron el 31 de marzo de 2021, la F1 comenzó a reclasificar ciertos componentes […] y otros ingresos en ingresos primarios para alinearse mejor con la forma en que la administración evalúa actualmente el negocio".

Añadía el mandamás financiero que, a pesar de la delicada situación, aún mantienen sin utilizar un margen de endeudamiento superior a los 1.000 millones, lo que garantiza que esta temporada termine sin mayores sobresaltos. En este sentido, la gran esperanza de la mayor competición mundial del motor es el contenido en 'streaming' en la propia web del campeonato, tal y como explicaba en la misma presentación Stefano Domenicali, presidente y CEO de la Fórmula 1: durante el primer trimestre de 2021, el número de suscripciones ha aumentado un 77% respecto al año anterior, mientras que el consumo de F1 TV (el producto estrella lanzado en 2020 para comercializar sus propias carreras) ha crecido otro 60%.

"El pico de espectadores simultáneos cada fin de semana de carrera es aproximadamente tres veces más alto que el promedio de la temporada 2020", apuntaba Domenicali, destacando los avances de la nueva aplicación de la Fórmula 1, con mayor calidad de vídeo, control 360º de la retransmisión, más de 2.000 horas de grandes momentos de los últimos 50 años de la competición, la F2 y la F3 (las divisiones inmediatamente inferiores)… Y, lo más curioso, de los 188 países en los que se consume este producto España es el que más ha crecido en 2021, junto a otros nichos clásicos como Italia o EEUU.

De ahí que el regreso de Fernando Alonso y la consagración de Carlos Sainz sean tan importantes: por un lado, la apuesta de la Fórmula 1 por ofrecer sus contenidos como propios (al margen de la cesión de derechos televisivos) en su web, parece un intento evidente de explotar una nueva vía de ingresos aún en ciernes; por otro, los buenos datos de audiencia sitúan a España como el target perfecto para lograr aumentar la facturación por este canal. Eso sí, aún quedan (quedamos) escépticos que no confían en las habilidades digitales de un negocio incapaz de situar su página web en la primera página de búsquedas de Google.

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