El secreto del fútbol luso, comprar jóvenes valores, vender a precio de oro

  • Lisboa.- La venta del colombiano Radamel Falcao del Oporto al Atlético de Madrid por 40 millones es el último de una serie de traspasos multimillonarios protagonizados por clubes portugueses, cuya política se basa en contratar jóvenes valores, sobre todo sudamericanos, y transferirlos después a precio de oro.

Falcao y Rubén Micael ya están en Madrid y mañana pasan revisión médica
Falcao y Rubén Micael ya están en Madrid y mañana pasan revisión médica

Lisboa.- La venta del colombiano Radamel Falcao del Oporto al Atlético de Madrid por 40 millones es el último de una serie de traspasos multimillonarios protagonizados por clubes portugueses, cuya política se basa en contratar jóvenes valores, sobre todo sudamericanos, y transferirlos después a precio de oro.

Los dos máximos representantes de este "modus operandi" son el Oporto y el Benfica, que en los últimos siete años y con la intervención de Jorge Mendes -involucrado en la inmensa mayoría de las grandes operaciones realizadas- han encajado cerca de 400 millones de euros con este tipo de transferencias.

Ejemplo de ello fue la venta del brasileño Anderson, entonces con 19 años, al Manchester United por 31,5 millones en 2007, apenas dos años después de que los "dragones" pagaran por él en torno a nueve millones al Grémio de Porto Alegre.

En 2009 fue el turno de los argentinos del Oporto Lucho González y Lisandro López, transferidos al fútbol francés por 18 y 24 millones de euros, respectivamente, casi tres veces más de lo que costaron.

Ya el año pasado, el Benfica se sumó a esta "moda" y vendió por 22 millones de euros el pase del brasileño Ramires, de 24 años, al Chelsea, quien le había costado apenas un verano antes 7,5 millones de euros procedente del Cruzeiro de Belo Horizonte.

Los lisboetas repitieron el mismo procedimiento con el argentino Ángel Di María, al que traspasaron al Real Madrid a cambio de cerca de 30 millones de euros después de haber pagado por él 5,5 millones de euros en 2007 al Rosario Central.

Ya en enero de este año, las "águilas" volvieron a hacer caja con la salida del central brasileño David Luiz, por el que el Chelsea abonó 25 millones de euros, diez veces más de lo que le costó al Benfica ficharlo del Esporte Clube Vitória en 2007.

El último ejemplo de revalorización ocurrido en Portugal ha sido el del colombiano Falcao, quien aterrizó en Oporto con 23 años procedente de River Plate a cambio de 5 millones de euros y deja en las arcas del club norteño ocho veces más.

Los 40 millones de euros fijos pagados por el Atlético de Madrid para hacerse con los servicios del punta colombiano (a los que se pueden sumar otros siete en función del cumplimiento de otras cláusulas) se han convertido en el traspaso más caro del fútbol portugués en toda su historia.

Estos casos reflejan la tendencia cada vez más común entre los clubes lusos de apostar por jóvenes promesas, principalmente de Sudamérica, por las que arriesgan y pagan altas cantidades -al menos dada su juventud- con la esperanza de rentabilizar con posterioridad su inversión.

En el Benfica, ejemplos son el central brasileño Sídnei (7 millones de euros al Internacional de Porto Alegre) o el centrocampista argentino Nico Gaitán (8,4 millones a Boca).

Mientras, en su rival Oporto, destacan las contrataciones de Hulk (19 millones de euros en total y blindado con una cláusula de 100 millones) o el medio argentino Belluschi (5 millones al Olympiakos).

De hecho, este mismo verano, los "dragones" han vuelto a "rascarse" el bolsillo para llevarse a las promesas brasileñas André Santos (9,6 millones de euros) y Danilo (13 millones de euros).

A esta política de compra-venta se le suma la firmeza de sus dirigentes a la hora de negociar. Los traspasos multimillonarios de jugadores portugueses a otras ligas se han repetido los últimos cursos.

Los centrales Pepe (30 millones de euros) y Bruno Alves (22 millones), Bosingwa (20,5 millones), Raúl Meireles (18 millones), Nani (25 millones), Quaresma (18 millones) o incluso el propio Cristiano Ronaldo, que en 2003 dejó el Sporting de Lisboa, su club de formación, por el Manchester United a cambio de 15 millones de euros son buenos ejemplos.

Uno de los más paradigmáticos es el del delantero Bebé, actualmente cedido al Besiktas turco, por el que el Manchester pagó el pasado verano 9 millones sin haber disputado un solo partido oficial con el Guimaraes.

Los logros de José Mourinho y Ronaldo en los últimos años y el éxito del Oporto la pasada temporada al coronarse campeón de la Liga Europa han puesto en la cresta de la ola al balompié luso.

Sus dirigentes, especialmente el hábil presidente del Oporto, Nuno Pinto da Costa, han aprovechado el tirón para rentabilizar al máximo sus ventas.

Este año, el lateral izquierdo del Benfica, Fábio Coentrao, y el exentrenador del Oporto, André Villas-Boas, sólo salieron de Portugal previo pago de su cláusula de rescisión, de 30 y 15 millones de euros, respectivamente.

El traspaso del propio Falcao se ha cerrado apenas cinco millones de euros por debajo de su cláusula, la cual pasó hace sólo un mes de 30 a 45 millones con la firma de un nuevo contrato entre el colombiano y los "dragones" que, finalmente, sólo ha servido para incrementar su precio.

Por Óscar Tomasi.

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