El Tour, reducido a la lucha por el podio

Luis Miguel Pascual

Chamrousse (Francia), 18 jul.- Inalcanzable el italiano Vincenzo Nibali, la 101 edición del Tour de Francia parece una pelea entre los pretendientes a los dos escalones que flanquearán al maillot amarillo en el podio de París.

La primera etapa alpina, el ascenso a Chamrousse, primera dificultad de categoría especial de la edición, despejó algunas dudas sobre quienes serán segundo y tercero en la general final.

La más clara fue que el australiano Richie Porte quedó prácticamente descartado de la pelea por podio. Víctima de un golpe de calor que le causó desórdenes estomacales, el de Tasmania, líder del Sky, entró a 8.48 en la meta y ahora es decimosexto de la general a 11.11.

El español Alejandro Valverde, que a sus 34 años afronta el Tour por séptima ocasión, es el que mejor lo tiene para subir al cajón, tanto por el tiempo perdido como por su adaptación a lo que queda por delante. El ciclista del Movistar es segundo a 3.37 del italiano del Astana y queda por delante una etapa alpina, tres en los Pirineos y una contrarreloj de 54 kilómetros.

En Chamrousse, Valverde demostró que tiene fuerzas y que, si bien no puede rivalizar con Nibali, es capaz de plantar cara o incluso superar al resto de los candidatos al podio.

Acabar entre los tres primeros es el principal objetivo de Valverde, ganador de la Vuelta a España de 2009 y cuya mejor clasificación en el Tour es el quinto puesto que consiguió en 2007.

El jefe de filas del Movistar sabe que no le quedan muchas opciones de volver a liderar al equipo en Francia, un papel que parece reservado en las próximas ediciones al colombiano Nairo Quintana.

Pero el español está completando una gran temporada, en la que ha ganado las vueltas a Andalucía y Murcia, además de la Flecha-Valona, y fue segundo en la Lieja-Bastoña-Lieja, en la Ruta del Sur y en el Campeonato de España.

Por detrás del español, dos jóvenes promesas del ciclismo francés tratan de lograr las plazas de honor que su país no celebra desde que en 1997 Richard Virenque fue segundo tras el alemán Jan Ullrich.

Romain Bardet es por ahora tercero de la general a 4.24 y mejor joven, a sus 23 años, una de las esperanzas del ciclismo francés. No es un escalador nato pero se adapta bien a la montaña y, ante todo, es un ciclista duro, capaz de recuperar bien de los grandes esfuerzos.

Cuenta con el respaldo del AG2R, que tiene también a Jean-Christophe Peraud en el "top ten". Ya fue el año pasado el mejor francés de la general, decimoquinto, y la principal incógnita es saber cómo gestionará la presión.

"Estoy deseando que lleguen los Pirineos, que se adaptan mejor a mi forma de correr", aseguró el ciclista, tan valiente ante los micrófonos de los periodistas como en la carretera.

A 16 segundos de Bardet está Thibaut Pinot, de 24 años, un escalador de raza que ya sabe lo que es ganar una etapa en el Tour, la que consiguió en Porrentruy hace dos años.

El ciclista de La Française des Jeux tiene, sin embargo, el hándicap de la contrarreloj, a la que sabe que tiene que llegar con margen para tener opciones de conseguir una buena clasificación.

Con esos kilómetros contra el crono cuenta el estadounidense Tejay van Garderen, que a los 25 años lidera por primera vez al BMC en una carrera de tres semanas.

El californiano, castigado por las caídas en la primera semana, ha perdido tiempo en las etapas de montaña, pero está a 55 segundos del podio, un margen que entra dentro de lo asumible.

En Chamrousse hizo su subida, a su ritmo, sin entrar en la pelea con los mejores, sabedor de que es un ciclista que no aguanta bien los tirones.

En la meta perdió 1.23 con Nibali, pero tiene a tiro a sus rivales por el podio, a condición de que aguante lo que queda de montaña con la misma solvencia.

No descartan entrar en el podio el holandés Bauke Mollema, un ciclista muy regular que es séptimo a 6.17, y el belga Jurgen van den Broeck, octavo a 6.27, aunque sus opciones son más pequeñas.