El Tour y el frío se cobran un puñado de víctimas

  • La factura de los esfuerzos del Tour de Francia y el gélido frío que ha azotado a los corredores, sobre todo en la bajada del Envalira, se han cobrado un puñado de víctimas en la etapa de hoy de la Vuelta 2013, la primera pirenaica con llegada al Collado de la Gallina, en Andorra.

Ramón Orosa

Collado de La Gallina (Andorra), 7 sep.- La factura de los esfuerzos del Tour de Francia y el gélido frío que ha azotado a los corredores, sobre todo en la bajada del Envalira, se han cobrado un puñado de víctimas en la etapa de hoy de la Vuelta 2013, la primera pirenaica con llegada al Collado de la Gallina, en Andorra.

Hasta 16 corredores han dejado una carrera en la que ayer terminaron 176 ciclistas y hoy solo 160. Entre los que se han quedado por el camino, ilustres como Ivan Basso, que iba séptimo en la General, Luis León Sánchez, de los primeros héroes de la jornada, Haimar Zubeldia o Roman Kreuziger, quinto en el último Tour.

Completan la lista de los que han echado el pie a tierra, por una razón u otra, Steve Chainel escapado junto Luisle durante mucho kilómetros, Ramon Sinkeldam, Cyril Bessy, Michel Kreder, Nick Nuyens, Gregory Henderson, Jurgen Van de Walle, Jelle Vanendert, Wouter Poels y Lieuwe Westra.

Antes, en la salida en Gabá ya faltaron en el control de firmas, San Bewley y otro ilustre, Simon Gerrans. Este porque, tras correr dolorido durante diez días, le han diagnosticado una fisura de cadera.

De todos modos, para Alejandro Valverde los 160 que han llegado a la meta andorrana han sido hasta muchos, ya que ha abogado un replanteamiento de la etapa de mañana si continúan las crudas condiciones meteorológicas de hoy. El anverso del sol y el tremendo calor que ha acompañado desde la salida hace dos semanas en Galicia.

"Si mañana es otro día así, la organización se lo tendría que replantear. No por mí, sino porque igual el pelotón se queda en 50 corredores", ha reflexionado el español, uno de los damnificados del día, aterido e incapaz de pedalear en la bajada desde los 2.410 metros de la cima del colosal Port de Envalira.

Aunque Valverde se ha repuesto como el campeón que es y ha salvado los muebles y un lugar en el podio virtual con la casta mostrada en los últimos kilómetros de la Collada de La Gallina.

Junto a él, prácticamente han entregado ya definitivamente la cuchara Jaoquim Rodríguez y Nicolas Roche. Curiosamente, los tres candidatos que quedaban que disputaron el pasado Tour. Francia exige mucho en julio y el Purito, el hijo del legendario Stephen, y Valverde lo han comprobado de nuevo.

Que no haya logrado brillar en casa después de haber buscado las cosquillas durante todo el día al pelotón es otro síntoma que a esta Vuelta Joaquim no ha llegado para exhibiciones.

Y Roche se ha descabalgado incluso de la pelea por el cajón tras los de 3:35 de pérdida respecto al líder, Vincenzo Nibali, que le han mandado a la sexta plaza de la General.

La carrera, a expensas de lo que pueda seguir dando de sí Valverde, siempre animador de toda carrera que disputa a pesar de sus errores e infortunios, parece ya un mano a manos entre dos: Nibali y el "abuelo" Chris Horner.

Ninguno ha hecho el Tour. Y ninguno les arredran días dantescos como el de hoy. Ya saben los que es ganar en ellos. Horner, una Vuelta al País Vasco, "donde llueve siempre", como ha recordado el ganador de hoy Daniele Ratto; y Nibali, hablando solo de este año, el Giro y la Tirreno-Adriático. Casi nada.

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