El United se enfrentará en Bilbao al abismo de quedar fuera de Europa

  • El Manchester United está obligado a remontar en San Mamés dentro de una semana el 2-3 que logró el Athletic de Bilbao en Old Trafford para evitar caer en una fase temprana de la Liga Europa, algo inédito para los de Alex Ferguson desde los años 90.

Guillermo Ximenis

Londres, 9 mar.- El Manchester United está obligado a remontar en San Mamés dentro de una semana el 2-3 que logró el Athletic de Bilbao en Old Trafford para evitar caer en una fase temprana de la Liga Europa, algo inédito para los de Alex Ferguson desde los años 90.

Los aficionados han aceptado con resignación que los "diablos rojos" no luchen este año por la Liga de Campeones tras tropezar en Basilea, pero exigen a cambio que los tres veces campeones de Europa den guerra hasta el final en la segunda competición continental, en la que hasta ayer eran los principales favoritos.

Ferguson llegó hace 25 años al banquillo de un equipo que sufría para avanzar en la antigua Copa de la Uefa, pero revertió esa situación tras una década de trabajo y, desde mediados de los 90, se ha plantado en cuatro finales de Champions, ha ganado dos, y ha hecho de su Manchester United un equipo temido en el Continente.

La fragilidad que está mostrando este curso el actual subcampeón de la Champions ha hecho, sin embargo, que los ingleses miren con nostalgia la final de Wembley del pasado año frente al Barcelona.

Después de que los de Ferguson resultaran arrollados ayer por la excelencia técnica del Bilbao, los analistas ingleses tratan hoy de comprender los motivos del abismo que se ha abierto en tan solo unos meses entre los "diablos rojos" y el conjunto de Pep Guardiola, que esta semana asombró a Europa con siete goles ante el Leverkusen.

Los resultados grises hacer aflorar de nuevo en Manchester las dudas sobre la gestión del club por parte de la familia estadounidense Glazer, que controla la entidad desde 2005 y que ha sido objeto de las críticas de amplios sectores de los aficionados, que consideran escasa la inversión en jugadores de renombre.

En los últimos años, el United ha contenido su gasto en el mercado de verano, aunque esta temporada desembolsó alrededor de 60 millones de libras (unos 71 millones de euros) para contratar a jugadores como el delantero inglés Ashley Young, su compatriota Phil Jones, defensa, y al guardameta español David de Gea.

Los fichajes no parecen haber sido suficiente para mantener al equipo en lo más alto y, si bien se mantiene vivo en la liga inglesa, a dos puntos de sus vecinos del Manchester City, su andadura europea está resultando frustrante para las gradas de Old Trafford hasta el momento.

Las críticas a la plantilla de Ferguson se han centrado en la debilidad de una defensa liderada en ocasiones por jugadores con poca experiencia, como el inglés Chris Smalling, de 22 años, o el mismo Jones, de 20.

Consciente de las carencias de su equipo, el técnico escocés trata de dosificar a sus defensas más veteranos, como el inglés Rio Ferdinand, de 33 años, que podría descansar este domingo frente al West Bromwich para llegar en forma a San Mamés.

"Tenemos que evaluar la importancia de cada encuentro, porque estamos encontrando difícil conciliar los partidos de los jueves y los domingos. Estamos en una cuesta arriba, pero creo que podemos ganar la próxima semana", apuntó Ferguson tras la derrota ante los vascos.

La escasez de jugadores en el banquillo es tal que el escocés recuperó esta temporada a Paul Scholes, que con 37 años ya se había retirado el fútbol, y continúa contando con Ryan Giggs, de 38, a pesar de que ninguno de los dos puede entrenar al mismo ritmo que sus compañeros.

Uno de los pocos aspectos positivos para los ingleses del partido contra el Bilbao fue la actuación del español David de Gea, que con 21 años se consagró probablemente como el portero titular de los "diablos rojos" por delante del danés Anders Lindegaard.

El exjugador del Atlético de Madrid se ganó en Old Trafford el elogio unánime de los medios británicos, después de un inicio de temporada en el que varias imprecisiones le valieron la crítica implacable de la prensa y quedó relegado al banquillo durante varias semanas.

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