"El vestuario del equipo se convirtió en una morgue", los jugadores del Al-Ahly relatan el infierno de Port Said

  • Los jugadores del equipo de El Cairo se atrincheraron en la caseta durante horas junto a cadáveres apilados. Un vídeo difundido a través de YouTube muestra cómo algunos futbolistas y miembros del cuerpo técnico necesitaron ser atendidos por los servicios médicos del club. El Al-Ahly culpa al árbitro, la federación Egipcia y la policía de no hacer nada para evitar la tragedia.
Roberto Arnaz

"Esto no es fútbol. Ha sido una guerra con gente muriendo delante de nosotros". Todavía consternado, el jugador Mohamed Abo Treika ha recordado ante la televisión oficial del club Al-Ahly la traumática experiencia que vivió anoche en el estadio de fútbol de la ciudad egipcia de Port Said, al noroeste del país.

Al menos 74 personas fallecieron, y 300 más resultaron heridas, en los disturbios que estallaron después de que concluyese el partido entre Al-Ahly de El Cairo y Al Masri, el equipo local. Los hinchas locales saltaron al terreno de juego y persiguieron a los jugadores y aficionados rivales, a los que agredieron con violencia.

Cuando estalló la violencia, Treika y sus compañeros de equipo corrieron a refugiarse a los vestuarios, donde estuvieron atrincherados durante horas, hasta que la policía y el ejército pudieron garantizar un traslado seguro.

Un vídeo grabado con teléfono móvil y filtrado a través de YouTube muestra como los servicios médicos del Al-Ahly atienden a jugadores y miembros del cuerpo técnico de las heridas sufridas mientras intentaban abandonar el terrenos de juego. "No había seguridad, ambulancias o protección de ningún tipo" rememora Treika, quien asegura que "vivimos una situación tan dramática que nunca la olvidaremos".  

Algunos aficionados del equipo visitante, uno de los más poderosos del país,  también trataron de buscar protección en la caseta de su equipo, lo que convirtió el vestuario en un improvisado hospital de campaña en el que, además de atender a los heridos, también se certificaron algunos fallecimientos.

"El vestuario del equipo se convirtió en una morgue", ha señalado el portero Ahmed Nagy, quien relató a la televisión del equipo cómo los cadáveres se apilaron junto a los jugadores y sus pertenencias.

El árbitro, en el punto de mira

Los gestores del Al-Ahly tienen claro que la mecha que prendió el estallido de violencia fue la actuación del colegiado del encuentro Fahim Omar de quien aseguran que realizó un arbitraje "extraño".

En la página oficial del club en internet, denuncian que Omar expulsó sin motivo alguno al capitán del equipo visitante, Hossam Ghali, "para ayudar deliberadamente" al Al Masri cuando el encuentro registraba un marcador de empate a uno en el minuto 77. La tarjeta roja a Ghali marcó el devenir del resto del partido, que concluyó con victoria local por 3 -1.

Desde el club de El Cairo también se lamentan de que el colegiado permitiese a los hinchas del equipo local "invadir el campo en la celebración de cada uno de los goles sin imponer ninguna sanción". Además, consideran que la Federación Egipcia de Fútbol también es responsable de la tragedia "al no haber suspendo el partido en cuanto se comenzaron a producir los abusos" contra su equipo.

Liga suspendida

Samir Zaher, el máximo responsable del fútbol en Egipto, ha anunciado que la liga nacional se ha cancelado "de manera indefinida" y solicitó a las autoridades "una investigación urgente" de los dramáticos acontecimientos vividos anoche en el estado de Port Said.

Sin embargo, no es la primera tragedia que se vive en las canchas del país. Hace ahora 38 años, el 11 de febrero de 1974, el fútbol egipcio vivió otra gran tragedia, con el hundimiento del estadio del Zamalek en El Cairo, cuando fallecieron 48 espectadores al desmoronarse una tribuna.

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