El Zaragoza se salva en una temporada teñida de negros y blancos

  • Zaragoza.- Al menos logró la permanencia y, con eso, el Real Zaragoza justificó una temporada que pintó muy negra en su primera parte y terminó teñida de blanco, tras una segunda vuelta que firmó imprescindiblemente con nota alta para seguir en Primera en la 2010-2011.

El Zaragoza se salva en una temporada teñida de negros y blancos
El Zaragoza se salva en una temporada teñida de negros y blancos

Zaragoza.- Al menos logró la permanencia y, con eso, el Real Zaragoza justificó una temporada que pintó muy negra en su primera parte y terminó teñida de blanco, tras una segunda vuelta que firmó imprescindiblemente con nota alta para seguir en Primera en la 2010-2011.

El equipo aragonés regresó esta campaña a la máxima categoría del fútbol español con la intención de reverdecer viejos laureles, cada vez más ajados y decrépitos aunque los títulos conquistados ahí están, y se dio cuenta de que en estos momentos su realidad es la de tratar de consolidarse en la categoría y evitar un nuevo paso por una Segunda división que suele conducir a los que bajan a la más absoluta de las ruinas económicas y deportivas.

A pesar de que en la temporada 2009-2010 la conquista de la permanencia ha sido una de las más baratas de los últimos años, con 37 puntos ha bastado, los catorce puntos que sumaron en la primera vuelta los zaragocistas desataron todo tipo de alarmas y hubo que darle la vuelta a la plantilla en el mercado de invierno para, firmando unos números notables, terminar salvándose.

Los despropósitos de la entidad que ahora preside el máximo accionista Agapito Iglesias, y que empezó la temporada con el político reconvertido a mandatario futbolístico Eduardo Bandrés, ocupando ese sillón, han alcanzado a todos los estamentos.

La entidad maña fagocita futbolistas, personas y cargos a la misma velocidad que crece una deuda que algunos sitúan muy por encima de los cien millones de euros, que de haberse consumado el descenso la hubiese puesto en una situación insostenible para su supervivencia y en la que todavía no descarta la posibilidad de acogerse a la Ley Concursal.

La llegada a la dirección general de la entidad de un ex representante de jugadores, Gerhard Poschner, el pasado verano sorprendió a casi todos, en una época en la que cada paso que se daba en la confección de la plantilla parecía más una pirueta circense que algo meditado.

Jugadores que llegaban a última hora de la noche sin que nadie los esperase, como Marko Babic, o los que se presentaban como nueva incorporación y todavía seguían disputando partidos con su equipo de procedencia, Ivan Obradovic, fueron algunas de las perlas que deparó el verano zaragocista.

Para colmo de males el fichaje estrella, el nigeriano Ikechukwu Uche, se lesionó de gravedad en la segunda jornada y no se recuperó hasta la recta final de la competición pero todavía demasiado lejos de su mejor forma.

Además la temporada empezó con el técnico que había logrado el ascenso, Marcelino García Toral, en un banquillo inestable y escasamente seguro, desde dentro del club no hacían nada más que moverle la silla para forzar su salida.

El equipo dio innumerables tumbos en una primera vuelta en la que encajó media docena de goles en un par de ocasiones y varias goleadas tremendamente dolorosas.

El paroxismo llegó con la visita del Athlétic y todos conscientes de que el cese de Marcelino García Toral era inminente. La derrota ante los bilbaínos no cambió la opinión de la grada que mostró su apoyo al técnico de Careñes y su completa desaprobación con la gestión institucional que días después terminó con la salida del entonces presidente, Eduardo Bandrés, y todo el consejo de administración.

Al banquillo zaragocista llegaron dos históricos jugadores de la entidad pero neófitos en las lides de la dirección en la máxima categoría, José Aurelio Gay y Mohamed Ali Hamar 'Nayim'. Su debut en el último partido de 2009 no pudo producir más desasosiego, un 6-0 frente al Real Madrid, y una condición de interinidad que para nada ayudaba a la reacción y que tardaron más de un mes en cerrar desde el club.

Así las cosas las apuestas no alcanzaban ni a ser pesimistas, el giro debía ser radical si se pretendía salvar la temporada con la permanencia y con ella un futuro más que incierto para la entidad.

Afortunadamente en el mercado de invierno se supo seleccionar la siempre incierta mercancía que había en los escaparates, porque "no se pueden buscar las soluciones en este mercado" solía argumentar en su época zaragocista el hoy director deportivo del Real Madrid, Miguel Pardeza.

Hasta siete jugadores, Roberto Jiménez, Matteo Contini, Jiri Jarosik, Jose Edmilson, Eliseu Pereira, Adrián Colunga y Humberto 'Chupete' Suazo, llegaron y todos se hicieron un hueco en el once titular o como mucho eran el primer o segundo cambio en los partidos.

Previamente habían dejado hueco en la plantilla maña Fabián Ayala, Braulio Nobrega, Javier López Vallejo, Franck Songo'o y Ewerthon Henrique de Souza, que primero se quedó sin ficha para acabar firmando el finiquito.

Hasta treinta y tres jugadores disputaron esta campaña algún partido de la liga española vistiendo la camiseta blanquilla, pero no fue hasta la recta final cuando se encontró una formación más o menos reconocible.

Deportivamente el Real Zaragoza seguirá en Primera división la próxima temporada, pero el periodo que se abre se presenta tremendamente convulso. La reestructuración de la plantilla es forzosa porque un buen número de sus componentes básicos o acaban contrato o pertenecen a otros clubes o se debe hacer efectiva la opción de compra.

La página de la temporada 2009-2010 ya está cerrada. Ahora el 'agapitismo', definición con la que se ha bautizado la peculiar e intransferible manera de dirigir el club a su máximo accionista, debe tomar el mando de la nave zaragocista en busca del rumbo perdido.

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