El Zaragoza se topa con su realidad ante el Girona, la equidistancia

  • El Real Zaragoza viajó a Gerona con la ilusión de conseguir un resultado positivo para poder empezar "a pensar en algo más" que asegurarse lo antes posible la permanencia y se encontró con una derrota que le ha dejado a la misma distancia del descenso que de la promoción de ascenso.

José Luis Sorolla

Zaragoza, 28 abr.- El Real Zaragoza viajó a Gerona con la ilusión de conseguir un resultado positivo para poder empezar "a pensar en algo más" que asegurarse lo antes posible la permanencia y se encontró con una derrota que le ha dejado a la misma distancia del descenso que de la promoción de ascenso.

Seis puntos separan ahora a los zaragocistas de los puestos de descenso a Segunda B y solo uno menos del séptimo clasificado, el Recretivo de Huelva, que está en puesto de "playoff", por la presencia del filial del FC Barcelona en la tercera posición.

Del sexto clasificado, el Sporting de Gijón, que es el equipo que marca la promoción de ascenso, son también seis los puntos que les separan.

Ante el Girona los zaragocistas volvieron a encajar, por quinta salida consecutiva, dos o más tantos que en esta ocasión sus atacantes fueron incapaces de contrarrestar transformando alguna de las oportunidades que tuvieron lo que terminó llevándoles a la derrota.

De hecho, desde que el pasado 25 de enero visitó aguas arriba del Ebro al Mirandés en el campo de Anduva, donde logró su última victoria lejos de casa, ha encajado al menos un gol en todos sus partidos y en Ponferrada llegó a cuatro.

Desde su llegada al banquillo zaragocista, Víctor Muñoz ha insistido en que su primer objetivo era asegurarse la continuidad en la categoría de plata y, según sus cuentas, todavía les faltan seis puntos por añadir a su casillero para tener tranquilidad en esa parcela, pero antes de emprender viaje hacia Gerona dejó entrever que la victoria les podría hacer "pensar en algo más".

El optimismo del técnico se vio cercenado por la clara derrota en Montilivi, aunque su equipo había hecho méritos para lograr algo más, los mismos que no acumuló ante el Real Jaén una semana antes para llevarse un triunfo en los instantes finales con un gol en propia puerta de los jiennenses.

Víctor Muñoz sigue mostrándose ambicioso y queriendo que su equipo intente cerrar la temporada con seis victorias consecutivas, pero no deja de reconocer a renglón seguido la enorme dificultad que eso entraña cuando esta temporada únicamente han sido capaces de enlazar tres triunfos consecutivos, y eso pasó entre las jornadas 15 y 17 los dos últimos fines de semana de noviembre y el primero de diciembre.

Conforme pasan los días más realismo parecen tomar las palabras de José Javier Barkero, quien anunció hace tres semanas antes de visitar en Soria a su ex equipo, el Numancia, que en su cabeza no entraba "el luchar por descender, pero creo que es el partido que nos puede marcar el pasar uno o dos meses insípidos a luchar por estar arriba".

En Los Pajaritos, en Soria, empataron y la victoria del encuentro siguiente desató una cierta euforia entre los aficionados blanquillos ahora frenada en seco.

La equidistancia en la que se halla el equipo aragonés a falta de seis jornadas para finalizar la temporada hace complicado pensar en una escalada meteórica o en una caída en picado, aunque el próximo domingo ante otro histórico de Primera División como Las Palmas puede ser que todavía les quede margen para la reacción aunque cada vez, según ha dicho hoy Paco Montañés, es "cada vez más cortito".

Desde el comienzo de temporada nadie del club aragonés ha asumido con rotundidad que el único objetivo fuese el regreso a Primera División, algo que siempre ha hecho la entidad desde que en la década de los 50 del siglo pasado en 1954/55 pusiera fin a tres años en la categoría de plata.

De hecho al entrenador que comenzó la temporada, el catalán Paco Herrera, firmó por dos temporadas, según reconoció en su presentación, sin ningún tipo de cláusula condicionante.

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