España-Arabia Saudí: Frank Rijkaard, o cómo pasar de la nada al todo y terminar en La Meca

  • La carrera como entrenador de Frank Rijkaard parece una montaña rusa. No hay término medio, está llena de altos y bajos, y ha sido capaz de lo mejor y de lo peor. Su Champions con el Barça y su destitución en el Galatasaray son los ejemplos más claros de una carrera irregular. Este viernes se enfrenta a España como seleccionador de Arabia Saudí pocos días antes de cumplir el medio siglo.

Rijkaard se lleva a su equipo técnico azulgrana a Arabia Saudí
Rijkaard se lleva a su equipo técnico azulgrana a Arabia Saudí
Óscar Rodríguez

Este viernes, España y Arabia Saudí se miden en el histórico estadio de Pasarón. Aunque muchas miradas estarán dirigidas a Iker y Xavi tras recibir el Príncipe de Asturias del Deporte, muchos mirarán al banquillo visitante, que estará ocupado por un viejo conocido de la afición española, Frank Rijkaard. El extécnico azulgrana vuelve a España después de su éxito en el Barcelona, el púnto álgido de su carrera.

Rijkaard fue uno de los mejores futbolistas de los noventa, por lo que cuando cambió el césped por el banquillo, no le costó hacerlo desde lo más alto. Comenzó como ayudante de Hiddink en el Mundial del 98 y se quedó al frente de la selección holandesa tras el campeonato celebrado en Francia, aunque dejó su puesto a Van Gaal después de la Eurocopa que se celebró en Bélgica y Holanda y en la que fueron eliminados por Italia en la tanda de penaltis en semifinales.

Tras su buen hacer con la selección holandesa llega el declive un año después, cuando ficha por el Sparta de Rotterdam, un histórico del fútbol de los Países Bajos que descendió por primera vez a la segunda división bajo la dirección técnica de Rijkaard. De un momento en la cumbre, a un socavón en toda regla en su carrera.

Sin embargo, su apuesta por el fútbol de ataque y las buenas referencias hicieron que el Barcelona apostara por él en 2003. Laporta lo fichó para sustituir a Antic y aunque el primer año no logró ganar títulos, el público del Camp Nou se reencontró con un estilo de fútbol que se había perdido. A partir de la segunda temporada llegaron los éxitos.

En dos años, el Barcelona ganó dos Ligas, dos Supercopas de España y la segunda Champions de su historia, lo que valió a Rijkaard ser reconocido con el título de mejor entrenador del mundo por la IFFHS. Fue, sin duda, el mejor momento de su carrera como técnico.


Declive hasta terminar en Arabia Saudí

Después de dos años llenos de éxitos llegaron dos temporadas en blanco, por lo que Laporta decidió dejar de contar con los servicios de Rijkaard en junio de 2008, siendo sustituido por Pep Guardiola en el banquillo culé. El holandés hizo las maletas, pero tras flirtear con el Chelsea, tardó un año en encontrar destino. Tuvo que emigrar a Turquía para hacerse cargo del Galatasaray, pero las cosas no salieron como esperaba.

Rijkaard firmó dos años, pero fue cesado tras la primera temporada al no meter a su equipo en la Europa League. Otro batacazo en su carrera. Las puertas de los grandes de Europa se le cerraron y tuvo que buscar destino en Oriente Medio, retiro dorado para futbolistas y entrenadores. La selección de Arabia Saudí le contrató como técnico en el verano de 2011 y sueña con clasificarla para el próximo Mundial 2014.

El técnico holandés ha dado un paso atrás en cuanto a importancia de banquillo se refiere, pero seguro que tiene en mente dar dos adelante en este nuevo reto. De momento, jugar contra España será una gran motivación para sus jugadores... y para él mismo.

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