España ha vuelto. La selección capaz de desarmar a cualquier rival y hacerlo parecer un equipo mediocre ha aparecido justo cuando tenía que hacerlo, en los cuartos de final. La víctima de tal masacre ha sido una Serbia que se autoimpuso el papel de víctima antes del encuentro pese al irregular torneo que había completado España hasta entonces. Una nueva demostración en defensa, sumada a la exhibición ofensiva de todo el equipo -con Rudy Fernández, Sergio Rodríguez y Marc Gasol a la cabeza- acabó con un combinado serbio que sufrió el regreso de la campeona de Europa.
El mar de dudas que pareció inundar el vestuario de la selección tras la derrota ante Italia -la tercera en el campeonato- se disiparon en cuanto el balón voló por los cielos de Ljublana y Marc Gasol y Nenad Krstic saltaron a por él. El pívot abrió el marcador y Calderón y Rudy abrieron la primera brecha con dos triples. El escolta madridista cogió la responsabilidad en el ataque donde, por primera vez, la fluidez de balón permitía acabar las jugadas con buenos tiros. Rudy no perdonaba: acabó el primer cuarto con 13 puntos, por los 21 de España y 5 de Serbia.
Ni siquiera Ivkovic, el entrenador con una continua cara de mala leche, era capaz de despertar a sus pupilos. Las pérdidas y los tiros fallados (acabaron con un 37,5% en tiros de campo) se sucedían también en el segundo periodo. Rudy se fue al banco, pero el testigo lo cogió el 'Chacho' Rodríguez. Sacó lo mejor de su repertorio para dar un máster en baloncesto en apenas once minutos de juego. En ese tiempo anotó 14 puntos y dio 4 asistencias -acabó con 22 y 4-. Era pura magia. La labor fea la realizaban Marc y Claver bajo los aros, donde se hicieron dueños y señores.
Al descanso el marcador era escandaloso: 23-48. La única duda que quedaba por resolver era si realmente las tres derrotas previas habían servido para aprender a manejar la ventaja. Fue Víctor Claver el que respondió a la incógnita con cinco puntos consecutivos y un intento de mate que sólo evitó la defensa serbia con una falta. Llull se sumó a la fiesta con un triple y cerró el parcial de 10-0 con el que Serbia acabó de morir.
Pese a que España había mostrado su peor cara en demasiados momentos durante todo el Europeo y a que llegaba con más dudas que confianza, en los cuartos final disfrutó de quince minutos 'de la basura'. Incluso Germán Gabriel tuvo sus minutos en el último cuarto. En todo ese tiempo, el combinado nacional siguió, al menos, tan intenso como el serbio, en el que Ivkovic también repartió minutos entre los menos habituales. Al final el marcador fue 90-60, pero eso acabó por ser lo de menos. Lo importante es que España ha recuperado las mejores sensaciones, tanto en ataque como en defensa, y una confianza que se antoja clave para afrontar los dos últimos encuentros del torneo.
Ficha técnica:
Serbia: Nedovic (6), Markovic (0), Bogdanovic (2), Bjelica (2) y Nenad Krstic (4) -cinco inicial-; Micic (8), Nemanja Krstic (3), Kalinic (2), Gagic (7), Andjusic (11), Katic (11) y Stimac (4).
España: Rubio (5), Calderón (3), Fernández (19), Claver (9) y Marc Gasol (7) -cinco inicial-; Rodríguez (22), Llull (5), San Emeterio (6), Aguilar (8), Mumbrú (2), Gabriel (4) y Rey (0).
Pabellón: Stozice Arena de Ljubljana.
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