Dice la primera norma del fútbol que para ganar un partido hay que marcar un gol más que el rival. De esta consigna uno puede sacar dos interpretaciones. Por una parte estará aquel que diga que conviene atacar, para marcar todos los goles posibles. Por otro lado, estará aquel que diga que hay que evitar que el rival marque y, así, con un único gol se podría ganar el partido.
Evidentemente, en el medio está la virtud y ningún equipo ha llevado a tal extremo ninguno de los dos caminos. Sin embargo, sí es cierto que hay conjuntos -y selecciones- que se han declinado más por un estilo ofensivo y otras que han apostado por el defensivo. De este último estilo el ejemplo más claro es Italia. La filosofía pragmática y la visión del fútbol como un deporte de contacto y donde predomina el físico ha llevado desde siempre a los conjuntos italianos a jugar a lo que se denomina el 'catenaccio'. Más allá de sus éxitos, que los ha tenido, el 'bello' país siempre ha estado ligado a este sistema de juego.
Por otro lado, muchas selecciones a lo largo de la historia han apostado por un fútbol diferente, más alegre, más dinámico y atrevido. Gracias a ello fueron capaces de reinventar el fútbol y, en la gran mayoría de veces, de lograr también grandes cosas. Dentro de este selecto grupo está la selección española de los últimos cuatro años.
Los 'bajitos' de la 'Roja' son los protagonistas de un sistema de juego basado en el control del balón, en el toque y toque y toque en medio del campo hasta encontrar un hueco en la defensa rival y en no regalar balones. Sin embargo, este juego no sólo tiene una vertiente ofensiva, también tiene una vertiente defensiva. Y es que si es España la que tiene el 65% de tiempo la posesión, durante todo ese tiempo es imposible que encaje un gol. Así pues, ya no sólo se quiere el balón para anotar, ahora también se quiere para evitar encajar.
Gracias a ello, la selección ha conseguido un dato increíble: lleva nueve partidos a vida o muerte (cuartos de final, octavos de final, semifinales o final) entre Eurocopas y Mundiales sin encajar un sólo gol. Gracias a ello, le ha valido en muchas ocasiones con tranformar esa ingente cantidad de posesión en gol una vez para ganar partidos.
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