Clasificación a dieciseisavos de final de la Europa League como primeros de grupo y gracias, porque fútbol2026 De eso no se vio en el Atlético de Madrid 1-0 Hapoel de Tel Aviv salvo el golazo que firmó Raúl García, lo poco potable en una noche que será mejor no recordar.
La afición rojiblanca se debió oler la tostada porque las gradas del Vicente Calderón presentaron un aspecto bastante triste en el que dominaba el azul de los asientos por encima del colorido que pudieran dar los aficionados. Y los que acudieron al campo seguramente encontraron lo que más temían: un trámite insulso entre un equipo plagado de suplentes y otro de una calidad muy baja.
A Diego Simeone le están dando un resultado magnífico las rotaciones, pero los resultados son una cosa, y el juego, otra. El Atlético está realizando una temporada soberbia, pero por mucho que ayuden los suplentes, el equipo es otro si no cuenta con sus estrellas, el colombiano Radamel Falcao y el turco arda Turan, o con jugadores que están actuando a un buen nivel como Gabi Fernández, Juanfran Torres...
Ante el Hapoel, la calidad que se vio en el césped la puso Raúl García, el futbolistas con las ideas más claras de todos los que disputaron el insulso partido. Suyo fue un golazo a pase del turco Emre en el que puso el balón en la cruceta. Además de eso, ofreció buen manejo de balón y llegada arriba con varios remates, aunque el partido no estaba para muchos goles porque el Atlético jugaba con el freno de mano echado para desesperación de la grada y de su entrenador.
Adrián tuvo el segundo gol en sus botas, pero se le apagaron las luces delante del portero Edel Apoula. Desde los Juegos Olímpicos este delantero parece otro. De maravillar ha pasado a ofrecer buenas intenciones, poco para un jugador de su clase. Otros futbolistas ni siquiera llegaron a eso porque el portugués Silvio demostró que lo suyo no es pelear por el lateral derecho.
En la segunda parte incluso se oyeron algunos silbidos cuando el Hapoel rozó el gol en un par de ocasiones, una muy clara. El empate clasificaba también a los rojiblancos, pero no aseguraba el primer puesto del grupo, imprescindible para evitar a alguno de los cocos que caerán de la Champions League.
Los israelíes se mantuvieron en el partido sin hacer nada porque el equipo de casa no marcó el segundo gol, y tampoco es que tuviera ocasiones clamorosas para hacerlo. A los rojiblancos les valía el 1-0 a la espera de batallas mayores y se notó.
En el horizonte ya aparecen el Sevilla, el Jaén en la Copa del Rey y sobre todo el Real Madrid. El derbi y el posterior partido contra el Barcelona calibrarán el nivel de este equipo, muchísimo más alto de lo ofrecido ante el Hapoel en un partido que se olvidaba con el pitido final.
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