El Veltins Arena vivió un duelo de goleadores. Un mano a mano entre dos generaciones. Una lucha por marcar. Una pelea entre dos futbolistas españoles. Raúl, capitán del Schalke 04, por un lado; Llorente, delantero del Athletic y de La Roja, por otro. Entre ambos, empate a dos goles en el partido de ida. Entre los equipos, victoria para los de Bielsa por 2-4.
El primero en pegar fue el león, en el minuto 20, tras un fallo de Hildebrand que aprovechó el espigado atacante para remachar al fondo de las mallas. Sin ni siquiera tiempo para celebrarlo, Raúl, siempre Raúl, llevó la igualada al marcador, tras rematar en el área pequeña un centro desde la derecha. Un gol muy suyo, de los de toda la vida.
El partido fue un intercambio de ataques en el maltrecho césped del estadio alemán. El dominio inicial de los rojiblancos desapareció con el paso de los minutos y sobre todo con el tanto del empate del exmadridista. En el descanso, el portero local se quedó en los vestuarios y entró Schober, desacertado en el choque. Ander Herrera se resentía de sus problemas de pubis y tampoco salía en la reanudación.
Los de Bielsa acusaron el cansancio acumulado en toda la temporada en el inicio de la segunda mitad. Estuvieron tan a merced del Schalke que Raúl volvió a batir a Iraizoz, esta vez con una volea desde fuera del área. Pudo ser peor pero los rojiblancos aguantaron el envite. Incluso se rozó el "hattrick" del español. Pero el Athletic sacó fuerzas de flaqueza de no sé sabe dónde.
Y apareció el león más peligroso otra vez. Llorente ganó a su defensor en el primer palo para rematar un córner. El balón se coló en la portería de Schober para poner la igualada en el marcador. Era el minuto 73. A partir de ahí, el choque se convirtió en un intercambio de golpes. En el 81, llegó una internada de Susaeta, un centro que no atajó el portero alemán y un remate en semifallo de De Marcos que puso el 2-3.
Se fue el Schalke con todo arriba. Con Raúl intentando batir a Iraizoz, con Huntelaar, el máximo goleador de la competición, disparando al poste pero ni uno ni otro pudieron batir al portero rojiblanco. Y con los alemanes volcados llegó una nueva cabalgada de Susaeta, que vio solo en el centro a Muniain, que no tuvo más que empujar el esférico al fondo de las mallas. Un 2-4 que pone al Athletic casi en semifinales y que estropeó una gran noche de Raúl.
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