F1, GP Malasia: Vettel impone sus galones en la guerra civil de Red Bull en Sepang

    • Sebastian Vettel se alzó con la victoria en el GP de Malasia en una carrera que tuvo de todo: lluvia, abandonos, adelantamientos y... guerra civil en Red Bull.
    • Los coches de la marca energética firmaron el primer doblete de la temporada tras una lucha entre Vettel y Webber que se acabó llevándose el alemán.

Pocas palabras pueden describir el Gran Premio de Malasia de este año. Quizá la carrera se puede definir como compleja, difícil, tensa, impredecible. En medio de un caos más típico de categorías inferiores el gran favorecido fue Sebastian Vettel, pese a las deficiencias de un Red Bull que no parece le mejor coche de la parrilla. Por detrás de él acabaron Webber -con el que Vettel empezó una guerra civil en la parte final de la carrera-, Hamilton, Rosberg (los dos Mercedes también se las tuvieron) y Massa.

Ya en la previa de la carrera planeaba en el ambiente una sensación de que algo extraño iba a suceder. El cielo, habitualmente despejado en Malasia, se cubría de nubes media hora antes de la carrera y descargaba una gran cantidad de agua justo antes del inicio de la misma. Las estrategias de cada piloto dejaban de servir y todos debían calzar neumáticos intermedios.

Lo extraño se volvía negativo, al menos para los españoles, en la vuelta dos. El alerón delantero de Alonso decía basta tras el toque en la primera curva con Vettel y le obligaba a retirarse, haciendo que la carrera 200 del asturiano en la F1 fuese más bien amarga. El camino se despejaba para los Red Bull y los Mercedes. Tanto Webber como Vettel y Rosberg y Hamilton superaron a un Massa que dejó mucho que desear.

¿Órdenes de equipo?

Tras los primeros pasos por boxes se vio que la lucha sería por parejas de equipos. Vettel superó a Rosberg y se dirigió a por su compañero, Mark Webber. Por detrás Hamilton 'volaba' hacia su compañero y hacia su primer podio con Mercedes. Las quince últimas vueltas fueron de auténtica locura: no había equipos, tan sólo cuatro pilotos individuales que luchaban por todo.

Por delante Vettel lo arriesgó todo para superar a Webber, algo que logró después de varias maniobras muy arriesgadas. Tanto que el garaje de Red Bull se estremecía pensando que ambos pilotos podían tocarse y acabar en la puzolana. Al final el tricampeón del mundo se llevó el gato al agua y pudo subir al cajón más alto.

Las sospechas de que desde Red Bull le dijeron a Vettel que no atacara a Webber y de que el alemán las desoyó tomaron forma con la actitud post-carrera de un Webber que no estaba nada contento con la actitud de su compañero. El australiano llegó a insinuar que Vettel había desobedecido a su equipo con sus palabras en el podio final.

Mientras, por detrás, ocurría algo similar. Hamilton -pese a equivocarse de garaje cuando entró a cambiar ruedas- adelantó a Rosberg y ambos se enzarzaron en una pelea en la que, según el alemán, el piloto más rápido iba detrás. Rosberg pedía paso a su equipo pero desde el muro supieron calmarle evitando así peleas entre sus dos coches. No sabemos qué tal le sentaron las órdenes a Nico, pero a buen seguro que no le gusta la idea de que el 'novato' Hamilton ya le haya ganado la primera partida.

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