Una crisis aún por resolver

Todo empezó con Neymar: así caminó el Barça a la ruina económica y deportiva

El club catalán da los primeros pasos para solucionar sus graves problemas financieros, que han culminado con la cesión de Griezmann a un rival directo para poder ahorrar hasta 150 millones en salarios. 

Joan Laporta


La ministra de Hacienda y cabeza de lista del PSOE al Congreso por Sevilla, María Jesús Montero, participan en la jornada 'Agenda Urbana: Cohesión, Racionalidad y Sostenibilidad'. En el Hotel NH Collection de Sevilla.




  (Foto de ARCHIVO)



02/04/2019
Todo empezó con Neymar: así caminó el Barça a la ruina económica y deportiva
EFE

En 2015, el F.C. Barcelona estaba tocando el cielo futbolístico. Ese año, el equipo que entrenaba Luis Enrique Martínez consiguió el segundo triplete de su historia. Ganó las tres grandes competiciones (Liga, Champions y Copa del Rey) y dominaba el fútbol europeo. Entonces, una de las estrellas del equipo ya era Neymar, que había llegado al club dos años antes. El presidente era Josep María Bartomeu, que ejercía en funciones tras la renuncia de Sandro Rosell a inicios de 2014. Dos personajes envueltos en el éxito que ahora sirven para explicar la grave crisis económica que vive el equipo catalán. Porque los problemas legales y económicos del Barça comenzaron con la llegada del brasileño. Con Bartomeu como el responsable último de todo lo que ocurría. 

El desembarco de Neymar en Barcelona acabó por desembocar en un caso judicial que llevaba el nombre del jugador carioca. Una investigación de la Audiencia Nacional por las denuncias sobre el coste del fichaje del futbolista, que provenía del Santos brasileño. Este aseguró que la operación se cifró en 57 millones de euros. Pero la sospecha era que se había evadido dinero. Todo vino por las discrepancias en las cifras. Su equipo de procedencia dijo que solo había recibido 17,1 millones. Y la vicepresidenta económica del Barça aseguró que solo costó 19,3 millones. Faltaban al menos 40 millones. Los delitos que se investigaron fueron presuntos delitos de corrupción entre particulares y estafa al fondo brasileño DIS, por ser este último el anterior propietario de los derechos federativos del deportista. 

El Alto Tribunal finalmente envió el caso a la Audiencia de Barcelona, por ser la competente dado que los posibles delitos se cometieron bajo su jurisdicción. El resultado fue una sentencia por un fraude fiscal de 13 millones de euros contra el Barça, que tuvo que pagar 5,5 millones de multa que se convirtió en el primer club de fútbol condenado penalmente. Pero aún hay otro juicio pendiente. Este es el que corresponde al 'caso Neymar 2', en el que tanto el jugador como Rosell y Bartomeu tendrán que sentarse en el banquillo. En este caso, se les juzgará por los delitos cometidos tanto en el extranjero como en España. La sospecha es que se infló el coste de la operación hasta los 83 millones. 

Adiós a Neymar... y llega la crisis

El adiós de Neymar al Barça en 2017 también fue otro punto de inflexión como su llegada. El día en el que el club recibió 222 millones del Paris Saint Germain (PSG) para ficharle está señalado como el momento en el que comenzó el despilfarro en la etapa de Bartomeu. La Junta Directiva invirtió aquel dineral en traer a dos jugadores. Primero llegó el francés Ousmane Dembélé, por el que pagó 145 millones al Borussia Dortmund. Cuatro meses después, desembolsó 160 millones en las arcas del Liverpool por Philippe Coutinho. Lo que convirtió al brasileño en el jugador más caro de la historia del equipo. Dos refuerzos que no han traído éxitos a Barcelona. Dembélé se ha pasado estos años lesionado de manera habitual. Coutinho llegó a irse cedido al Bayern de Munich. E incluso participó con dos goles en la goleada histórica que el equipo alemán endosó al catalán en agosto de 2020.

Otra cuestión que explica la mala salud financiera del Barça está en las renovaciones y las cláusulas de los contratos de los jugadores. El más conocido es el de Lionel Messi, al que renovó en 2017 a razón de 71 millones de euros netos por temporada. Por lo que hasta 2021, el argentino ha costado más de 555 millones brutos solo en salario. Su contrato incluía una cláusula por objetivos por clasificarse para la Champions que le reportaba algo más de un millón de euros. Algo llamativo, ya que el Barça alcanza la máxima competición europea todas las temporadas. Aunque la cláusula que más llamó la atención se firmó en 2016, dentro del contrato del portugués André Gomes. Esta contemplaba una bonificación si el jugador llegaba a ganar el Balón de Oro. La realidad es que este nunca logró adaptarse y acabó marchándose a jugar a un equipo de media tabla de la Premier League. 

También se extendieron los contratos de la mayoría de jugadores de la plantilla, a los que se pasó a pagar sueldos muy elevados. Algunos futbolistas pasaron a ganar hasta 20 millones de euros netos, según ha podido saber este medio. Otro ejemplo de renovación fallida es Samuel Umtiti, que en 2018 renovó hasta 2023 con un salario estimado de entre 8 y 9 millones netos. Un jugador que ahora no cuenta para el entrenador y que lleva más de dos sin jugar apenas por las lesiones. Los fichajes de los últimos años también llegaron con salarios elevados que han provocado que muchos no quisieran marcharse aunque no tuvieran la confianza de la institución. 

El virus como colofón

La pandemia fue la que acabó por saltar las costuras del club. Los problemas salieron a relucir. Y la presidencia de Bartomeu no tuvo más remedio que admitir que estaban en una situación límite. Lo que les llevó a sumarse a fórmulas como la Superliga por los grandes beneficios que supuestamente les reportaría. Entre esas dificultades estaba la masa salarial, disparada al 110% con respecto a sus ingresos. Una situación insostenible a la que se llegó por esa política de renovaciones abultadas y de fichajes poco exitosos de Bartomeu y su Junta Directiva. 

A esto hay que sumar las tretas para saltarse los controles internos, como denunció el presidente actual, Joan Laporta. Es lo que se hizo para evitar el control interno en las facturas que se pagaban a I3 Ventures, la firma del caso Barçagate que supuestamente creaba perfiles en redes sociales para criticar a los jugadores. Un asunto por el que Bartomeu llegó a ser detenido. Algo parecido ocurrió con el conocido como Espai Barça, el plan para reformar el Camp Nou, el barrio de Les Corts y el estadio Johan Cruyff. Aquí también se habría fraccionado la deuda contraída para evitar la fiscalización.

Esa gestión es la que llevado al Barça a estar en una situación que sería causa de disolución inmediata en cualquier otra empresa. Su deuda total es de 1.350 millones. Aunque el concepto más preocupante es el de patrimonio neto negativo, que llega a los 451 millones. Por lo que según la Ley de Sociedades debería estar en esa causa de disolución. Algo que evita por su condición de sociedad deportiva. Pero que aún así, supone que debe mucho más de la valoración total de sus activos. Hasta ahora, las soluciones a las que ha recurrido Laporta es un crédito de 500 millones que le concedió Goldman Sachs y la venta de jugadores para reducir masa salarial. Algo que ha empezado a conseguir, ya que ahora paga en sueldos 420 millones cuando antes superaba con creces los 500. Cifras en las que ya no se incluía a Messi.

La ruina es la que ha provocado que las expectativas deportivas del F.C. Barcelona hayan caído de una manera sin precedentes. La situación económica es la que provocó que no hayan podido renovar a Messi. También que hayan cedido a Antoine Griezmann a un rival directo como es el Atlético de Madrid solo por liberar masa salarial. A cambio, ha llegado Luuk De Jong, que había sido descartado por el Sevilla. Hace solo seis años, en aquel triplete, los delanteros eran Messi, Neymar y Luis Suárez. Los dos primeros ahora juegan en el PSG. El último también fue cedido al Atlético de Madrid. Sus goles permitieron al club rojiblanco ganar la pasada Liga. El Barça quedó tercero. 

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