El suizo llega a Nueva York en el mejor momento de su carrera en los últimos 36 meses, en el segundo lugar del ránking mundial y con seis títulos a sus espaldas, el más reciente en el Masters 1000 de Cincinnati.
A pesar de sus 34 años, Federer dio una impresionante demostración para conquistar su séptimo título de Cincinnati el pasado fin de semana, tras derrotar en la final al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic.
Este fue el 87º título del astro suizo en su carrera en la ATP, y tomó cumplida venganza ante el 'Nole' por la derrota en Wimbledon el mes pasado.
Pero en los últimos siete años, Federer ha tropezado en Nueva York, lo que hizo pensar a muchos que su retiro estaba cerca.
Cinco veces consecutiva campeón del US Open (2004-2008), su descenso comenzó cuando perdió la final de 2009 ante el argentino Juan Martín del Potro en 2009. Desde entonces no ha regresado a esa instancia.
Ahora llega a las canchas de Flushing Meadows en busca de su primer título de Gran Slam desde Wimbledon 2012.
Su paso por los Gran Slam de este año ha sido desigual.
El siete veces campeón de Wimbledon llegó a la final en el All England Club, pero perdió ante Djokovic. Antes, había quedado en semifinales del Roland Garros, a manos de su compatriota Stan Wawrinka, mientras en el Abierto de Australia fue eliminado en tercera ronda por el italiano Andreas Seppi, su más temprana salida en Melbourne en 14 años.
De ganar un sexto US Open, Federer se convertirá en el tenista de más edad en conseguir el título en Flushing Meadows, a los 34 años.
Doce meses después de registrar su peor derrota en un Abierto neoyorquino en una década, cuando fue eliminado en cuarta ronda por el español Tommy Robredo, el suizo asegura estar completamente concentrado en conseguir un 18º título de Gran Slam.
La derrota del pasado año ante Robredo significó la primera vez desde el 2002 que no pudo acceder a una final de un Gran Slam, y puso a muchos a pensar si no estaban presenciando el final de una gran carrera.
Pero el suizo nunca mostró bandera blanca, y tras algunos ajustes en su juego, que incluyeron un cambio de entrenador y de raqueta, y una disposición a finalizar los puntos más rápido, ha visto su recompensa en el tramo final de preparación para este Abierto neoyorquino.
"No he estado en una final (en Nueva York) desde 2009. Así que tendré que hacer un buen trabajo para lograrlo", dijo Federer, quien fue eliminado por el eventual campeón Marin Cilic en las semifinales del año pasado.
El último de los cuatro torneos del Gran Slam de la temporada 2015 se llevará a cabo del 31 de agosto al 13 septiembre en las canchas duras de Flushing Meadows, suburbios de Nueva York.
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