Fernández empató su mejor marca; Pau apoyó a Bryant y Marc cayó en San Antonio

Houston (EEUU).- Jornada llena de contrastes la que protagonizaron los jugadores españoles en la NBA con Rudy Fernández espléndido en lo que mejor sabe hacer, tirar triples, Pau Gasol, dando lección de lealtad al líder y su hermano Marc, que fue silenciado en tierras tejanas.

Fernández se olvidó de los rumores de posible traspaso y llegó al Toyota Center de Houston para completar su mejor partido en lo que va de temporada y con 25 puntos empató también la mejor marca individual desde que llegó a la NBA.

Sin embargo, la gran noche de inspiración encestadora de Fernández no impidió la derrota de su equipo de los Trail Blazers de Portland que perdieron por 104-100 ante los Rockets de Houston, que hicieron mejor juego de conjunto.

Fernández, que no había estado inspirado en los anteriores partidos - otras dos derrotas para los Trail Blazers-, esta vez respondió con cinco triples en seis intentos y fue el que metió al equipo en el partido a partir de la segunda mitad del tercer periodo y especialmente en el cuarto.

El jugador mallorquín disputó 25 minutos como reserva, pero respondió con el mejor toque de muñeca para anotar 9 de 14 tiros de campo y 2-3 desde la línea de personal, capturó cinco rebotes y repartió tres asistencias.

Fernández fue el jugador que mantuvo a los Trail Blazers en el partido después de haber comenzado el tercer periodo con una desventaja de 13 tantos.

Pero el jugador mallorquín y el base Steve Blake respondieron con sendos triples para liderar una racha de 14-5 y dejar el marcador parcial en 79-75.

Fernández todavía lo hizo mejor en el cuarto periodo cuando anotó tres triples y aportó 13 puntos para estar cerca de evitar la tercera derrota consecutiva de los Trail Blazers.

Los 25 puntos de Fernández superaron a los 22 que logró el pasado 29 de octubre, al comienzo de la nueva temporada de liga, cuando perdieron en su campo del Rose Garden por 94-97 ante los Nuggets de Denver.

Si Fernández brilló individualmente, esta vez sin el premio del triunfo de equipo, lo propio hizo Pau al conseguir un nuevo doble-doble, pero además también disfrutó de la victoria después de que Los Ángeles Lakers derrotasen por 91-99 a los Sixers de Filadelfia.

Además, Gasol dio otra gran lección de compañerismo y lealtad a la estrella y líder, el escolta Kobe Bryant, que una vez más fue recibido con abucheos por los seguidores de los Sixers, el equipo de su ciudad natal, que no le perdonan la "traición" de dejarlos por los Lakers.

Pero ,para que Bryant y los Lakers viesen cumplido el objetivo de ganar en Filadelfia, también una vez más surgió la figura de Gasol, que volvió a responder con un doble-doble, el tercero consecutivo, después de conseguir 19 puntos y 10 rebotes.

Gasol se reivindicó ante los entrenadores de la Conferencia Oeste que le eligieron para ser reserva del equipo del próximo Partido de las Estrellas, al jugar 40 minutos, los mismos que Bryant. Anotó 6 de 14 tiros de campo y 7-8 de personal, repartió cinco asistencias, recuperó dos balones y puso un tapón.

El jugador de Sant Boi llegó al sexto doble-doble en lo que va del mes de enero y el decimonoveno de la temporada en los 30 partidos que ha disputado después de haberse perdido 17 por lesiones musculares en ambas piernas.

Esta vez no pudo haber doblete triunfador de los hermanos Gasol, porque Marc se encontró con una dura defensa de los Spurs de San Antonio que le hizo la vida imposible y su equipo tampoco pudo mantener la racha ganadora de tres triunfos consecutivos al perder por 104-97.

Los Spurs dominaron en el juego bajo los aros y sólo el alero Zach Randolph mantuvo la misma solidez en su juego que en partidos anteriores al aportar un doble-doble.

El jugador de Sant Boi aportó ocho puntos después de disputar 30 minutos para anotar 3 de 8 tiros de campo y 2-2 desde la línea de personal, capturó seis rebotes, dio cinco asistencias, puso dos tapones y recuperó un balón.

Mientras que el base canario Sergio Rodríguez, por decisión del entrenador Paul Westphal, se quedó por segundo partido consecutivo sin jugar y vio desde el banquillo como su equipo, los Kings de Sacramento, perdieron por 101-94 ante los Jazz de Utah.