Fernando Santos, un ingeniero eléctrico en busca del Olimpo griego

  • Además de exjugador profesional, fanático del Benfica, admirador de Eusébio y prestigioso entrenador, Fernando Santos (Lisboa, 1954) es un ingeniero eléctrico que busca llevar a Grecia al Olimpo del Campeonato del Mundo.

Antonio Torres del Cerro

Recife (Brasil), 28 jun.- Además de exjugador profesional, fanático del Benfica, admirador de Eusébio y prestigioso entrenador, Fernando Santos (Lisboa, 1954) es un ingeniero eléctrico que busca llevar a Grecia al Olimpo del Campeonato del Mundo.

Tranquilo y bienhumorado, con una voz gruesa que se eleva en contadas ocasiones, pero sobre todo pragmático. El portugués Santos es ya un héroe en el fútbol griego por conducirle en su tercera participación en una Copa del Mundo a los octavos de final en los que se enfrenta mañana en Recife a Costa Rica, el tapado del torneo.

Y es también un respetado entrenador en su Portugal natal, donde ha tenido el privilegio de dirigir a los tres colosos del país: Benfica, el club de sus amores, Oporto y Sporting de Lisboa.

Aparte de griegos y portugueses, ¿quién conoce bien a Fernando Santos? Como jugador, fue un discreto lateral derecho que se desempeñó en el Marítimo de Funchal y el Estoril, dos pequeños clubes de Portugal. Se retiró de la profesión muy joven, a los 21 años.

Eso sí, le dio tiempo a formarse en el Benfica, donde, a los 17 años, coincidió con Eusébio da Silva Ferreira, su futbolista predilecto.

"Acababa el entrenamiento y Eusébio colocaba los balones en línea y comenzaba 'pum, pum, pum'. Y yo, sentado sobre uno de los altavoces del estadio, me quedaba viéndolo rematar. Nunca lo olvidaré", recordaba en una entrevista al diario luso "Récord".

Al colgar las botas, Santos decidió estudiar y optó por una ingeniera eléctrica y de Telecomunicaciones que obtuvo en el Instituto Superior de Lisboa.

Pero el gusto por el fútbol hablaba más fuerte. Entre 1987 y 1994 dirigió el Estoril, su último conjunto como profesional. Siguió el ya extinto Estrela de Amadora, entre 1994 y 1998, año en el que ingresa en el Oporto.

En sus tres temporadas en "los dragones", vence una Liga, dos Copas y una Supercopa y deja magníficos recuerdos al presidente del club, Jorge Nuno Pinto da Costa, quien ha admitido que Santos es el entrenador al que más estima personalmente.

Con pasajes en clubes griegos como AEK Atenas o brevemente el Panathinaikos, regresa a Portugal para entrenar al Sporting de Lisboa en la 2003-2004 (tercer puesto en Liga). Una nueva etapa en el AEK precede a su fichaje por el Benfica, club del que es aficionado.

Permanece allí un año y tres meses. En el inicio de su segunda temporada, en agosto del 2007, es reemplazado por José Antonio Camacho, que ya había entrenado a los lisboetas entre el 2002 y el 2004. Un empate ante el Leixoes desencadenó el cese.

Rehizo su carrera de nuevo en Grecia, al servicio del PAOK de Salónica, al que llevó al subcampeonato en la 2009-2010.

Al final de esa temporada, sustituyó como seleccionador de Grecia al alemán Otto Rehhagel, el que obró el milagro de la Eurocopa del 2004. Contra todo pronóstico, los helenos levantaron el trofeo al vencer en Lisboa a los anfitriones Portugal.

Seguidor del esquema táctico 4-4-2, Santos imprime en sus equipos su vena pragmática. No le importa ceder el balón, ni defender con uñas y dientes si es necesario.

A los griegos los llevó a los cuartos de final de la Eurocopa del 2012 y aterrizaron en Brasil después de eliminar en la repesca a Rumanía.

Toda una hazaña para un grupo de jugadores que individualmente no pasan del notable raspado.

Como zorro viejo que es, no subestima a ningún rival, aunque se llame Costa Rica y no Alemania.

"Vinieron del Grupo de la Muerte. Por eso, no nos podemos permitir subestimarles", ha alertado.

El 30 de junio, un día antes de los octavos, acaba su contrato con Grecia, que no pretende renovar. Aunque haciendo gala de su sentido del humor, Santos ya avisó que quizá se lo tenga que ampliar unos días, hasta los cuartos de final.

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