El Gran Premio de Abu Dhabi puede decidir el Mundial de Fórmula 1 a favor del alemán Sebastian Vettel (Red Bull), y Fernando Alonso lo sabe. Hace cinco carreras, el español era líder destacado y su principal rival hacía un cero en Italia, en la casa de Ferrari. Sin embargo, a partir de ese gran premio, el Mundial ha dado un giro de 180 grados. En cuatro carreras, Vettel ha ganado el pleno de 100 puntos y ha remontado la desventaja con Alonso de 39 puntos hasta dejarla en una ventaja a su favor de 13.
La progresión de Red Bull y su piloto estrella ha sido brutal. Sebastian no ha dado respiro a sus rivales y Fernando ha tenido que conformarse en esas cuatro carreras con un segundo puesto y dos terceros, más un abandono dolorosísimo. 10 puntos por aquí, 25 por allá, otros 10 en Corea del sur y 7 en La India. 52 puntos perdidos respecto a su rival son muchos puntos en tan poco tiempo.
Que el Ferrari de Alonso es menos competitivo que el Red Bull de Vettel es una realidad, por lo que las esperadas, y secretas, mejoras que introduzca la escudería italiana en el bólido rojo del asturiano en Abu Dhabi se antojan imprescindibles para cambiar el guión del campeonato y el oscuro presente del equipo, que de tocar la gloria con la punta de los dedos ahora está haciendo cuentas de la lechera.
Alonso tiene que olvidarse de esas especulaciones. Necesita cortar la sangría porque, siguiendo la actual progresión, llegaría al Gran Premio de Estados Unidos, la penúltima carrera, con 26 puntos de desventaja, por lo que a Vettel le bastaría con un tercer puesto y un quinto en las dos últimas pruebas para ser tricampeón del mundo, precisamente lo mismo que busca Alonso.
La gesta del español tiene que llegar en un circuito en el que sólo han ganado dos pilotos: uno, el británico Lewis Hamilton (McLaren); el otro, sí, ha sido Vettel, y en dos ocasiones. Mala plaza para jugarse el título, pero a Alonso no le queda otra que apretar los dientes en Abu Dhabi para vencer al líder del mundial de Fórmula 1.
Todo lo que no sea descontar puntos a Vettel será un fracaso porque dejará el título en manos del alemán salvo avería o accidente. Y éstas son variables demasiado volátiles incluso para hacer unas cuentas de la lechera.
Sigue @jorgekosky
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